Doña Lupe vende desde hace casi 30 años productos típicos de la región.
JALPA.- Si está en búsqueda de unas semillas o cacahuates para hacer un mole, una salsa o para cocinar algún platillo, no dude en buscar los ingredientes en la tienda de María Guadalupe Gutiérrez López.
Doña Lupe se ha dedicado junto a su esposo, don Antonio, a vender semillas y cacahuates en la entrada del Mercado Morelos en Jalpa desde hace casi 30 años.
Desde muy temprano, doña Lupe y don Antonio llegan a su puesto, donde lo primero que hacen es acomodar toda su mercancía, aparte de los cacahuates y las semillas de calabaza que los hicieron famosos.
Pero no solo eso, pues también puede encontrarse, entre sus productos, un montón de delicias, como miel de abeja, guayabas, nopales y frutas de temporada.
En abril y mayo, si se va a dar una vuelta a la tienda de esta mujer emprendedora, verá que en su puesto tiene cosas como guamaras, pitayas y temachaca, que se dan en este tiempo.
Pero no solo eso, pues, más adelante, hay más cosas en la temporada de lluvias con las que se traerán nuevas delicias como: guache de retoño, hongos de ozote (que son una especie de champiñones), rabanitos, y otras cosas.
Y desde luego esas delicias también las traerá doña Lupe para ofrecérselas a sus clientes fieles. Todo el año sin importar si hace frío o calor, literalmente llueva, truene o relampaguee, ellos siempre trabajan.
Desde hace 30 años, y gracias a su oficio, doña Lupe y su esposo pudieron sacar adelante a sus ocho hijos, sirviendo a otros y esforzándose siempre de manera honesta.
Aunque, siempre hay mejores tiempos que otros para las ventas, para ella todo el año es bueno, siempre sale para comer e irla llevando de poco a poco.
Todo el año trabaja y su principal venta son los cacahuates y semillas asadas, el tiempo y la experiencia le dan hoy la habilidad de manejar ambos productos muy calentitos y sin quemarse.
Diciembre y mayo son de los mejores tiempos para sus ventas, pues vienen los norteños, y consumen sus productos tanto para llevar a sus familiares en Estados Unidos como para consumir en el pueblo.
Doña Lupe y su esposo también apoyan a otros vendedores a quienes compran desde semillas hasta las pitayas y guámaras; aunque, claro, ellos también hacen el trabajo de recolección de todos sus productos.
Por último, doña Lupe aprovechó para agradecerle mucho a todos los clientes que día a día les favorecen con su preferencia.