
No todo es polvo y espinas, sino también el mísitico aire del semidesierto. Fotos: David Castañeda.
El semidesierto zacatecano, te transporta a un lugar lleno de paz, de belleza y de una magia única de estos paisajes.
ZACATECAS.- A pesar de que no hay mucha agua por estos lados del semidesierto zacatecano, hay que ser muy tonto para no apreciar las particularidades visuales que nuestra hermosa tierra nos ofrece.
Desde que Dios amanece hasta que Dios anochece, pareciera que los rayos del sol se entintan con colores que en ninguna otra parte se ven.
Estos paisajes por su puesto que son los mismos que nuestros antepasados chichimecas vieron.
El semidesierto zacatecano se encuentra en los municipios ubicados al norte, como son Melchor Ocampo, El Salvador, Concepción del Oro, Mazapil y parte de Villa de Cos.
Y, al igual que nuestros antepasados, debido a la escasez de agua, los pobladores se las ingenian para acceder a este vital líquido.
En algunas de sus comunidades más apartadas aún se puede observar que el agua la transportan en viejas carretas estiradas por burros.
A pesar de que estas localidades están muy apartadas y con pocos recursos naturales, su gente siempre busca una manera para sobrevivir, pues esta es una de las características del espíritu de lucha humano.
Desgraciadamente, la mayoría de las familias son dependientes del trabajo de explotación de nuestra tierra por las empresas mineras en la región.
Aunque mujeres y nuevas generaciones continúan trabajandoEl semidesierto, además de estar lleno de bellezas naturales, también tiene magia que muchos viejeros buscan al explorar estos espacios.
Y sin duda alguna adentrarse en el semidesierto zacatecano, uno se transporta a un lugar lleno de paz, de belleza y de una magia única de estos paisajes.