
Fotos: Carlos Montoya.
Uno de los recintos religiosos más emblemáticos de la ciudad es, sin lugar a dudas, el Templo de Nuestra Señora del Patrocinio, ubicado en la explanada del Cerro de la Bufa, a un lado del crestón.
ZACATECAS.- Uno de los recintos religiosos más emblemáticos de la ciudad es, sin lugar a dudas, el Templo de Nuestra Señora del Patrocinio, ubicado en la explanada del Cerro de la Bufa, a un lado del crestón.
Después de 2 años que se fundó la ciudad, por ahí de 1548, se levantó la primera ermita dedicada a la Virgen María en Zacatecas.
Aunque ese mismo año le pusieron otro nombre más rimbombante por la mismísima Corona española, le llamaron Real de Minas de Nuestra Señora de los Zacatecas.
No es sino hasta 1656 que se le cambió el nombre como Virgen del Patrocinio del Pueblo de Zacatecas, sí, así de largo.
La ermita comenzó a deteriorarse con el paso de los años hasta que finalmente colapsó, motivo por el cual se levantó una nueva iglesia que terminaron en 1728.
La nueva construcción la ordenó el conde de Santiago de la Laguna y don José de Rivera Bernárdez, quien también fue historiador de la ciudad y fiel devoto de la Virgen.
Su estilo arquitectónico es Barroco, palabra de origen portugués que significa ‘perla de forma diferente o irregular’; aunque esta palabra la relacionan a un periodo de la historia de la arquitectura.
En noviembre de ese año, 1728, se colocó la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de los Zacatecas que actualmente es venerada en la explanada del Cerro de la Bufa.
Son varias las versiones que mencionan la procedencia de la imagen de la Virgen: una de ellas es que el conquistador Diego de Ibarra la traía en su ejército.
Mientras que otra historia dice que el rey Felipe 2 la mandó desde España; y otra versión señala que fue el obispo de Guadalajara, quien la regaló al Real de Minas en 1586.
Asimismo, existen relatos que tras la muerte del conde de Santiago de la Laguna en 1762, el sacristán cometió sacrilegio al sacar sin consentimiento la imagen de la Virgen para llevársela a la ciudad.
Sin embargo, el sacristán se arrepintió y tiempo después la dejó en la iglesia de Los Remedios.
Finalmente, el 10 de septiembre de 1795, una procesión partió del centro de la ciudad con la imagen de la Virgen para regresarla a su capilla, donde se venera hasta nuestros días.
Se trata de un lugar que emana historia desde cualquiera de sus rincones, es un sitio convertido en atractivo turístico.
Este edificio religioso vale la pena, como zacatecanos, conocer su origen y preservarlo porque es parte de nuestro patrimonio y parte de la historia que muchos desconocen.