FRESNILLO. – Si usted es muy devoto al Santo Niño de Atocha y quiere comprar una imagen o una estatuilla de este santo, o de cualquier otro, no pierda el tiempo y visite el negocio de Daniel Escareño.
Un joven de Plateros que se mantiene trabajando sin importar las adversidades; ofrece imágenes a todos los fieles devotos.
Además de imágenes religiosas, también puede encontrar dulces típicos.
En Plateros, la pandemia ha traído grandes consecuencias económicas, aún así, los comerciantes no se detienen y salen a buscar el sustento del día.
Así ha hecho Daniel Escareño, quien se dedica a este oficio desde hace 15 años.
El oficio es herencia de su padre.
La situación de comercio es muy difícil
Sus ventas han caído mucho, dice que hasta un 70% durante el último año; pero, Daniel no baja la cabeza y se propone a mantenerse en ese trabajo a pesar de todo.
Porque vender estas imágenes es lo que le enseñó su padre, además es lo que le gusta realizar.
Por ello, aseguró que una de las cosas que más se le complican en su trabajo es que en la comunidad hay mucha competencia, ya que mucha de la población se dedica a vender productos religiosos.
Encuentra varios rosarios en su local.
La tierra del Santo Niño de Atocha
Esto desde luego por el Santo Niño de Atocha, que en las tierras de Plateros, tiene su santuario y a donde van a visitarlo durante todo el año, pero sobre todo el 25 de diciembre, que es cuando lo celebran más.
Este santuario es uno de los más importantes en toda la República Mexicana; siempre se espera que llegue un gran flujo de gente, antes del Covid llegó a tener 2 millones de visitantes.
Por el Covid-19 modificó sus horarios.
Sin embargo, la pandemia cambió todo y ya son muy pocas las personas que llegan a Plateros.
Daniel abre su negocio a las 9 de la mañana y lo cierra a las 4 de la tarde, horarios que se ajustaron por el coronavirus, ya que antes los feligreses llegaban muy temprano.
Aquí encontrará una gran cantidad de imágenes de santos.
Antes, la gente de muchas comunidades llegaba a las 6 de la mañana, por lo que debían abrir desde esa hora para recibirlos.
Pues hay que ofrecerles las cosas que venían buscando, una imagen o un rosario.
Lo más vendido son las imágenes del Santo Niño.
Daniel no se da por vencido
Según nos cuenta, lo que más vende en su puesto son las imágenes religiosas que se tienen, pero sobre todo de la del Santo Niño de Atocha, que es la imagen local.
Ser parte de esta gran tradición en Plateros es algo que lo hace sentirse muy orgulloso, porque sigue con lo que le enseñó su padre, pero sobre todo porque le permite ganarse la vida de manera honesta.
“A veces uno le piensa en cambiar el trabajo y más con la pandemia, pero le gusta a uno tanto y la inversión que se tiene, impide que podamos dejarlo y seguimos intentándolo”, dijo.
Desde hace 15 años, Daniel se dedica a este negocio.
Porque la esperanza es lo último que muere y seguro pasando la pandemia, los feligreses volverán a buscar en Plateros una figura religiosa que Daniel podrá ofrecer.
Comparta este artículo
