Revista Nature publica estudio de investigador de la UAZ sobre la Cueva del Chiquihuite

En trabajos de realizar otra publicación para seguir aportando pruebas a favor de la ocupación humana en Zacatecas. Foto: Cortesía.
En trabajos de realizar otra publicación para seguir aportando pruebas a favor de la ocupación humana en Zacatecas. Foto: Cortesía.

Con este estudio de Ciprian F. Ardelean y colaboradores se podría evidenciar el tiempo real de la ocupación humana.

ZACATECAS.- Una de las revistas de investigación más prestigiosas a nivel mundial, Nature, dio a conocer a través de un artículo científico y comunicados de prensa de alcance global, que el docente investigador de la Unidad Académica de Antropología (UAA) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) , Ciprian F. Ardelean, junto a un equipo de estudiantes y expertos en el tema, obtuvieron evidencia fundamental  de la Cueva del Chiquihuite, sobre la ocupación humana en América del Norte desde hace 30,000 años, es decir, mucho más del tiempo que se estimaba de cuándo llegaron los primeros humanos al continente.

Este proyecto que se ha efectuado a lo largo de alrededor de hace diez años, es parte de un equipo considerado, “de los más fuertes y completos dentro del gremio de los estudios de arqueología prehistórica” subrayó Ardelean.

Contribuyeron arqueólogos, estudiantes de licenciatura en arqueología, estudiantes de posgrado, doctorantes, genéticos, paleogenéticos, paleontólogos, paleobotánicos, bioquímicos, geoquímicos, físicos y geólogos.

“Todo ello, con la finalidad de resolver o comenzar a comprender los misterios en uno de los sitios arqueológicos y paleontológicos más extraños de toda América: la cueva del Chiquihuite. La descubrimos para la ciencia en 2010, y comenzamos a excavar en 2012 y ahora estamos presentando los resultados de varios años de estudios”.

Participan del estudio colaboradores de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la Universidad Estatal de Kansas (EEUU), la Universidad de Copenhague (Dinamarca), la universidad de Sao Paulo (Brazil), así como las universidades de Oxford y Cambridge (Reino Unido).

La finalidad es resolver o comenzar a comprender los misterios en uno de los sitios arqueológicos y paleontológicos más extraños de América.

Desde la aparición de la investigación en Nature, y posteriormente retomada en numerosas revistas de talla internacional, como National Geographic, Smithsonian Magazine, Inverse, etc, se afirmó que este importante hallazgo podría re-escribir la historia de las Américas, lo anterior, en el sentido de que los estudiosos u arqueólogos sostienen que fue hace unos 17,000 a 18,000 años que los humanos cruzaron a través de un corredor de migración a Beringia (masa de tierra que en el pasado incluía el oriente de Siberia y Alaska-Yukon), moviéndose al sur y luego a América del Norte, creando además su propia cultura; esto, llevaría a replantear a los expertos, qué tanto tiempo antes.

En ese sentido, el trabajo de Ciprian F. Ardelean y sus colegas cobra gran relevancia, puesto que este tema de la colonización inicial de las Américas sigue siendo muy debatido, ya que se desconoce el momento exacto de los primeros arribos.

“Históricamente, la región se ha mantenido en la periferia de la investigación centrada en las primeras poblaciones estadounidenses. Sin embargo, investigaciones recientes proporcionan evidencia confiable de una presencia humana en la región noroeste de México, las tierras altas de Chiapas, el centro de México y la costa del Caribe durante las épocas del Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano”.

Como ya se había mencionado, estaba el paradigma de que los asentamientos humanos más antiguos eran de los 17-18,000 años. Ardelean explicó que con esta “barrera” se rehusaba aceptar fechamientos de mayor antigüedad a la mencionada; no obstante, dijo, se seguían encontrando hallazgos en distintas partes de Norte y Sudamérica, que apuntaban que los humanos ya habían estado presentes en el continente a lo largo del Último Glacial.

“Los descubrimientos en el norte de Zacatecas vienen a aportar una cronología muy sólida que indica con certeza que los humanos estuvieron en estas regiones durante todo el Máximo Glacial, después del mismo, incluso hasta 30,000 años atrás. Esto solo puede sugerirnos que las primeras entradas de humanos se dieron varios miles de años atrás antes de eso, ya que se necesitarían milenios para que grupos migratorios pisasen por primera vez el continente y llegasen hasta el territorio zacatecano”, detalló el experto.

Como resultado de las excavaciones se encontraron alrededor de 1,900 artefactos de piedra dentro de múltiples capas de la cueva, la cual experimento cambios menores durante milenios. Asimismo, llevaron a cabo más de 50 análisis de fechamiento por los métodos de radiocarbono (carbono 14) y luminiscencia de sedimentos, las cuales proporcionan información sobre el control cronológico, los datos genéticos, paleoambientales y químicos, y que, además, documenta los entornos cambiantes que vivían los humanos.

“Nuestros resultados, proporcionan nueva evidencia de la antigüedad de los humanos en las Américas, ilustran la diversidad cultural de los primeros grupos de dispersión, y abren nuevas direcciones de investigación”, enfatizó Ardelean.

El trabajo y esfuerzo de logar resultados

El grado de involucramiento y de contribución de todos los integrantes de este equipo fue notable, no solo porque se lograron resultados de impacto mundial, sino por lo que conllevó obtenerlos. Ciprian F. Ardelean detalló algunas de las condiciones a las que estuvieron expuestos.

“Las condiciones de trabajo durante nuestras exploraciones en el Chiquihuite eran muy difíciles. Una expedición de exploraciones duraba un promedio de 7 semanas sin-parar, tiempo en el cual el grupo de trabajo permanecía adentro de la cueva, sin bajar la montaña hacia los poblados cercanos. A lo largo de siete semanas, los integrantes no contaban con comodidades, el agua disponible, embotellada era escasa y reservada para beber y cocinar. Dormíamos adentro de la cueva, cerca de la excavación y cocinábamos en la entrada de la caverna. Todos los recursos (herramientas, equipaje, instrumentos, comida, agua, gasolina para generadores) se cargaban a la cueva con ayuda de decenas de burros y mulas facilitados por los lugareños, en largas caravanas cuesta arriba, sobre las pendientes empinadas. La dedicación, la pasión y el sentido de compromiso eran esenciales para la permanencia en esas condiciones, así como para la continuidad en el equipo de trabajo”.

Cabe señalar que el equipo de trabajo realizó otra excavación en 2019 en la misma cueva, con lo que se está en la preparación de otro documento, que se espera se publique nuevamente en la revista Nature.

“Planeamos incluir una combinación de análisis científicos todavía más especializados y así aportar nuevas pruebas a favor de la ocupación humana en Zacatecas en plena época del clímax glacial”, expresó el arqueólogo.

El trabajo de investigación es parte de los esfuerzos de un proyecto de investigación registrado en la Coordinación de Investigación y Posgrado de la UAZ, ante el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y es financiado principalmente por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Es de destacar, también, que varios de los estudiantes de Arqueología de la UAZ, participaron como coautores del articulo presentado en Nature.

Texto: Pamela Girón H./Fotos e información: cortesía de Ciprian F. Ardelean.