Piden ropa y comida para cuatro primitos

En una casa en obra negra, sin ventanas, por las que el frío arrecia por todos lados y una puerta desvencijada de madera se escuchan las voces y los llantos de cuatro niños.  En ese inmueble conviven tres familias, las de Kimberly Lugo Villa, su hermano Luis Alberto y  María.  Luis Alberto comenta que de … Leer más

En una casa en obra negra, sin ventanas, por las que el frío arrecia por todos lados y una puerta desvencijada de madera se escuchan las voces y los llantos de cuatro niños. 

En ese inmueble conviven tres familias, las de Kimberly Lugo Villa, su hermano Luis Alberto y  María. 

Luis Alberto comenta que de oficio es obrero y hace poco se quedó sin trabajo, por lo que está buscando, pero sin resultados. 

Él, es padre de Atziry, quien tiene dos añitos, pero es muy timida y pocas veces habla. 

La niña, dijo el papá, siempre que ve a otros niños en triciclos pide uno, aunque él sabe que no tiene recursos para comprarlo y de tener dinero optaría por ropa, ya que tampoco tiene. 

Mientras que su esposa es la que contribuye con el gasto familiar, pues trabaja en una chilera de 9 de la mañana a 7 de la tarde, por lo que él cuida a su hija, 
Sus hermanas María y Kimberly también trabajan en chileras. 

La primera es madre del pequeño Gael Alejandro de nueve meses y piden ropa para el pequeño. 

Kimberly por su parte, tiene dos hijas: Camila y Briana, una de un año y la otra de nueve meses. 

Al igual que sus hermanos solicita ropa y algunos juguetitos para que sus pequeñas se entretengan, pues con el sueldo que tiene en la chilera, apenas si completa para comer. 

Los hermanos nunca disfrutaron de una cena navidad y menos los visitó el Niño Dios en Nochebuena, por lo que temen que esta historia se repita con sus hijos. 

Narran que de la única manera en que forman parte de las fiestas decembrinas es acudiendo al encendido del árbol de Fresnillo plc y a las que organiza la presidencia. 

Cuando llevan a sus hijos a las  posadas es con la esperanza de que les toque un bolo o un juguete. 

A pesar de que trabajan de sol a sol, el dinero que tienen no les alcanza para que sus niños tengan un pequeño obsequio, pues lo que ganan es únicamente para comer. 

Los hermanos coincidieron en que su anhelo para esta Navidad es ver una sonrisa para los niños. 
Pues debido a las carencias, los niños no tienen juguetes con los qué jugar. 

Imagen Zacatecas – Gema Gallegos