
FOTO: Sigifredo Noriega Barceló, Obispo de la Diócesis de Zacatecas
El Obispo expresó su disposición para actuar como mediador en el conflicto entre el gobierno del estado y la capital.
ZACATECAS.- El Obispo Sigifredo Noriega Barceló expresó su disposición para actuar como mediador en el conflicto entre el gobierno del estado y el de la capital.
Ante los constantes desacuerdos entre ambas autoridades, señaló que estas disputas representan “mala política”, ya que van en contra del bien común y afectan gravemente el tejido social.
El Obispo expresó su preocupación por la polarización y el conflicto que se vive en la entidad, tras destacar que los enfrentamientos perjudican a la ciudadanía, al municipio y a la capital del estado.
“Un pleito público divide más y destruye. Esto no es vivir de acuerdo con las leyes más elementales de la convivencia humana”, afirmó.
Noriega Barceló calificó la situación como una enfermedad moral que necesita curarse mediante la humildad y el reconocimiento del daño que se está generando.
Además, lamentó que la falta de voluntad política y la ausencia de amor por la sociedad hayan llevado a esta crisis.
El Obispo expresó su disposición para actuar como mediador si las autoridades se lo solicitan, asegurando que conoce bien tanto al gobernador del estado como al alcalde de la capital.
“Si me lo piden, encantado de la vida; mientras, rezaré para que esto se resuelva favorablemente hacia la comunidad, porque al final de cuentas, todos somos los perjudicados”, dijo.
Para el Obispo, este tipo de situaciones no solo son visibles en la capital, sino que se replican en otros municipios, donde la falta de acuerdos obstaculiza el desarrollo.
En su mensaje final, Monseñor Noriega llamó a construir mejores condiciones para vivir con dignidad y envió una bendición especial a las personas enfermas y sus cuidadores.
“Lo que esté en nuestras manos hay que ponerlo”, concluyó, tras subrayar la importancia de trabajar juntos para superar esta crisis y recuperar la esperanza.