FOTO: Sigifredo Noriega Barceló, Obispo de la Diócesis de Zacatecas
Ante la megamarcha del gremio magisterial, el Obispo llamó al diálogo como vía para solucionar los conflictos.
ZACATECAS.- En medio de un ambiente social tenso por la megamarcha del gremio magisterial, el Obispo Sigifredo Noriega Barceló, llamó al diálogo como vía para solucionar los conflictos.
El prelado lamentó la creciente polarización que, dijo, afecta no solo al ámbito educativo, sino a la convivencia social en su conjunto.
“No se piensa en los estudiantes, no se vale detener toda una institución por más legítimos que sean los intereses. Hay otro tipo de salidas que pueden ser constructivas”, expresó.
Cabe destacar que tanto la sección 34 como la sección 58 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) lanzar la convocatoria para paro indefinido y una mega marcha para este lunes.
El magisterio busca defender derechos laborales que aseguran han ganado y que corresponden al pago de becas para los hijos de los maestros, correspondientes a los años 2024 y 2025.
Ante las manifestaciones de diversos sectores, Noriega Barceló cuestionó los efectos de estas acciones y advirtió sobre el peligro de fomentar una cultura de división.
“No se usan los medios adecuados para llegar a acuerdos y buscar soluciones juntos. No se debe ver al otro como enemigo a quien destruir”, señaló.
El Obispo destacó que la polarización no es un fenómeno nuevo, sino una situación que se ha profundizado en los últimos siete años, afectando distintos ámbitos de la sociedad.
“Parece que la vida es un pleito constante, y eso no abona para una convivencia pacífica y justa”, reflexionó.
Respecto a las tensiones entre sindicatos y gobierno, el Obispo señaló que es necesaria una voluntad política real para el diálogo.
“Alguien tiene que tomar la iniciativa y ceder. Si ambas partes se sientan a negociar con propuestas concretas, se pueden lograr acuerdos”, enfatizó.
Finalmente, ante la incertidumbre que persiste en la entidad, Sigifredo Noriega hizo un llamado a la razón y a la sensibilidad social.
“No se vale detener a toda una sociedad por más justos que sean los fines. Debemos ser razonables y buscar soluciones sin aumentar la polarización”, concluyó.