Lamenta obispo la soledad que enfrentan los jóvenes

Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas, dijo que intentará aprender de los jóvenes.
Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas, dijo que intentará aprender de los jóvenes.

Las nuevas generaciones enfrentan problemas de soledad y falta de sentido por la vida.

Las nuevas generaciones enfrentan problemas de soledad y falta de sentido por la vida, aseguró el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, razón por la que dijo que se la rifará por la juventud.

Reconoció que nada lo preparó para enfrentar esta situación, por lo que está dispuesto a “desaprender” y dejar que los jóvenes lo enseñen a comunicarse con ellos.

“Esta ya es una generación de otro siglo, muy diferente a cuando yo fui joven. Hay otras aspiraciones… hay otras motivaciones”, reconoció.

Debido a esto, dijo, han aumentado los suicidios, por lo que no está dispuesto a permanecer apático.

“Ahorita la cultura tiene muchas exigencias y el joven se frustra y dice: ‘no puedo, me están pidiendo amor pero no lo veo en casa. Me están pidiendo que sea una persona exitosa, pero no tengo medios’, entonces se va perdiendo muy fácil el sentido por la vida”, explicó.

El obispo consideró oportuno dedicar la Cuaresma de este año a enfocarse en los jóvenes, fecha que coincide con la celebración del Día de la Familia, en la que también es necesario reconstruir los valores.

Para esto, dijo, organizarán grupos en las 120 parroquias que forma parte de la Diócesis, así como en los 16 decanatos y se concentrarán en los lugares más urgentes como Loreto, Luis Moya, Ojocaliente, Trancoso, Guadalupe, Zacatecas, Morelos, Vetagrande, Calera, Enrique Estrada y Fresnillo, solo por mencionar algunos.

En este este esfuerzo, harán uso de la tecnología, los medios electrónicos y digitales, así como las redes sociales, pues aceptó que actualmente los jóvenes pasan más tiempo frente a una pantalla, que con sus familias o escuela.

“Queremos aprovechar estos medios, no solo para hacer presencia, sino para ofrecer posibilidades de escucha, esto a través de lo que llamamos Pastoral Juvenil y Pastoral de Adolecentes, dos campos de acción de parte de la Iglesia”, detalló.

Laicidad positiva

Debido a la magnitud del problema, el obispo dijo que la Iglesia requiere aliarse con otros sectores como grupos sociales, escuelas, el Gobierno del Estado y los municipios.

Esto, en un esquema de “laicidad positiva”, que consiste en que sea aceptada la religión para la formación de las conciencias y la creación de un consenso ético fundamental en la sociedad, pues se requiere unir esfuerzos y recursos.

Aunque respeta las críticas que ha recibido de algunos grupos sociales por su activismo, anticipó que seguirá adelante.

Explicó que ha encontrado muy buena voluntad, pero todavía hace falta alguien que encabece los esfuerzos, que conozca a las motivaciones de los jóvenes y que sepa cómo llegarles.

Puso como ejemplo, el trabajo que realiza Armando García Neri, subsecretario de Prevención Social del Delito, como pintar paredes con escenas familiares y culturales.

“Yo creo que ya estamos despertando y sí podemos hacerlo”, aseguró.

Foto: Archivo.

Grupos de escucha

Noriega Barceló dijo que en sus reuniones con jóvenes se ha percatado de la gran necesidad que tienen de ser escuchados, por lo que ya trabajan en un proyecto para crear centros de escucha.

“Necesitamos ser una Iglesia que vaya a donde están los chavos y darnos la oportunidad de estar ahí para escuchar, que sepan que hay quien está dispuesto a rifársela con ellos”, comentó.

Agregó que no se requieren cosas aparatosas para hacer que los jóvenes le encuentren el hilo a la vida y a su vez, contagien a otros.

Por ello, aseguró que ahora trabajará con más ganas. “Yo no entiendo mi fe y mi religió sin aportar nada a la sociedad”.
Aprender de los jóvenes.

Sigifredo Noriega explicó que él nunca ha buscado ser un líder, ni mucho menos un puesto de elección o un cargo público, pero entiende que al ser obispo, tiene una misión que cumplir.

“Hay momentos en que uno se queda así (abre sus manos y se queda callado) y dice: a caray, está difícil esto, le entramos o nos salimos, pero eso es para agarrar vuelo y seguirle”, destacó.

Eso, dijo, es parte de ser un buen cristiano, y no está dispuesto a dejar tiradas a las ovejas a merced de lobos.

Reconoció que a sus 43 años de ordenado como sacerdote, nada lo preparó para lo que está viviendo, pues de una revolución de existencialista y social que vivió en los años 70s, ahora tiene que enfrentar una revolución tecnológica donde el centro ya no es el ser humano, sino lo material.

Lo único que tiene claro es que ahora debe desaprender mucho de lo que le enseñaron y “aprender a aprender” de los jóvenes. “Necesito primeramente aprender de ellos, es un cambio de actitud”.