
La exhacienda El Maguey | Foto: Imagen.
La exhacienda El Maguey es un ejemplo vivo de lo que fue la grandeza de la época de los hacendados.
ZACATECAS.- Si gusta de conocer ruinas o edificaciones abandonadas, con mucha historia, sin duda, la exhacienda El Maguey, es un sitio al que vale la pena aventurarse en Zacatecas.
La exhacienda El Maguey de Zacatecas es un ejemplo vivo de lo que fue la grandeza de la época de los hacendados, claro que eso refiriéndose a un pasado bastante lejano, porque el tiempo no ha pasado en balde.
Con el paso de los años las edificaciones y el abandono del mismo lugar, nos dan cuenta de cómo el brillo y la vida de estos muros y fachadas se han ido opacando con el deterioro de los materiales.
Pues el viento, la lluvia y la misma luz del sol han hecho mella del color y la solidad de estas edificaciones, dejadas a su suerte.
Para hablar de este lugar nos debemos de remontar a un pasado distante, justo al año de 1813, esta edificación data desde esos ayeres, en el que el dueño original de esta hacienda era un hombre llamado Antonio María Gordos.
En esos años de la primera mitad del siglo 19, don Antonio se hizo de la propiedad de esa hacienda, junto a otra hacienda ubicada en Malpaso entre otras cercanas.
En ese entonces, a este lugar se le conocía por su nombre real, es decir, se le llamaba la hacienda de San José del Maguey, y su principal actividad comercial fue la ganadería, misma que sigue hasta la fecha.
Este lugar, sin duda en ese siglo fue de gran importancia debido a que se encontraba muy comunicada con algunos yacimientos mineros, es por eso mismo que acabó convirtiéndose en un sector muy importante.
A día de hoy solo tenemos una fracción del tamaño real de lo que era la hacienda de San José del Maguey, pues, la extensión total original de lo que era este sitio, llegaba a unos 69 mil 86 hectáreas.
Mismas que se extendían sobre los límites de lo que a día de hoy es Fresnillo, Calera y Jerez, de modo que uno puede darse una idea de lo mucho que se llegó a extender este hacendado y su domino.
Sin embargo ya para inicios del siglo 20, las cosas vendrían a cambiar con la llegada de la Revolución Mexicana.
Y es que una de las principales razones por las que se originó el conflicto armado era la acaparación de las tierras por parte de los hacendados.
En razón de ello, muchas haciendas se quedaron vacías o las desalojaron y saquearon por los revolucionaros, quienes estaban inconformes.
Fue así que terminó el esplendor de las haciendas, quedando a día de hoy algunas que ya no pertenecen a nadie y quedaron abandonadas, al no aparecer nadie que las reclamara.
Actualmente, esta exhacienda se mantiene en pie, los muros de la casa grande y de las tapias, asimismo la capilla en honor a San José.
Capilla que sin embargo sí logró sortear el paso de los años de mejor manera, ya que sí se mantiene en todo su esplendor, todo gracias a que y sigue abierta a los fieles.
Sin duda, uno puede aventurarse y pasear por este sito para sacar bellas postales que dan cuenta de una época muy lejana.
Además de que nos transmiten emociones como una nostalgia por lo que antes fue y que ahora apenas y persiste al temporal.
El deterioro de estas edificaciones y la soledad de este espacio, se entrelazan, dando una sensación de paz y tranquilidad mientras los visitantes contemplan y adivinan lo que era este lugar antes y lo que es ahora.