Entre el cielo y la basura, el Cerro de la Virgen

GUADALUPE.- El Cerro de la Virgen está cerquita del cielo por su esplendor y belleza, pero también lo rodean el delito, la basura y el olvido de las autoridades.

Tiraderos clandestinos de escombro, basura, animales muertos y cruces que recuerdan muertes, a veces violentas ocurridas en el lugar.

Dicho panorama es el que atraviesan alrededor de 100 personas diariamente quienes suben a la cima.

Muchos lo hacen porque trabajan en las antenas transmisoras de los medios de comunicación, otros acuden ahí para ejercitarse, distraerse, así como para ir a la Ermita de Guadalupe.

Los detenidos

De acuerdo con reportes de las autoridades de Seguridad Pública, en el Cerro de las Antenas detienen entre 3 y 5 personas por mes, al descubrirlos sosteniendo relaciones sexuales.

Asimismo, se informó que los amantes de lo ajeno abandonan y, o desmantelan autos robados en las partes sinuosas del cerro, no se detalló la cifra.

De igual manera existen datos de que dicho paraje natural,  el cual se ha utilizado para transmitir la señal de radio y TV en la capital y zona conurbada por décadas, también ha sido un espacio en donde, lamentablemente, varias personas han sido asesinadas o sus cuerpos han sido tirados en este sitio.

El recuento

Tan solo en los últimos cinco años se tienen los datos de varias víctimas. Entre estos casos se encuentran los siguientes:

El 3 de enero  de 2016, localizaron sin vida a un joven que estaba desparecido, cerca del campamento de Conafor.

Cubierto con bolsas de hule, con varios disparos se localizó el cadáver de una mujer a medio camino del ascenso; este hallazgo ocurrió el 7 de septiembre del 2017.

El 26 de noviembre de 2019, mujeres del colectivo Madres Buscadoras hallaron restos humanos camino a las antenas.

Un atleta encontró el 31 de octubre de 2020 a una mujer degollada y dio aviso a las autoridades.

Y el último caso registrado tuvo lugar el 29 de abril de 2021 muy cerca del fraccionamiento Lomas Bizantinas.

Amaneceres espectaculares

A pesar de dicha situación, hay muchas personas que platicaron su experiencia , como el caso de la familia de Érika y Alan, quienes suben en las madrugadas en bicicleta.

Hasta el momento, aseguraron solo han tenido gratas experiencias, como ser testigos de increíbles amaneceres y en ocasiones han subido con su hijo de 11 años.

Otro caso similar es el de Diego “El Gato” Baltazar quien junto a sus alumnos  de MMA suben para practicar al extremo en las alturas.

Sin olvidarse de que es un mirador natural en el que se puede apreciar paisajes bellos y únicos.