Desde hace 61 años preparan birria de manera artesanal en El Carnero de Oro de don Cuco

El Carnero de oro de don Cuco cuenta con dos sucursales, una en Guadalupe y otra en la capital. | Foto: Rafael de Santiago.
El Carnero de oro de don Cuco cuenta con dos sucursales, una en Guadalupe y otra en la capital. | Foto: Rafael de Santiago.

El negocio es una tradición familiar ya que ha pasado por varias generaciones.

ZACATECAS.- Nada como una birria caldosa y picosita para adentrarnos en lo más profundo de la cocina tradicional de la capital con el sazón que le dio José Refugio López Espino (Qepd) en El Carnero de Oro Don Cuco, donde se vende birria elaborada de manera artesanal desde 1960.

Su negocio inicio con un pequeño taburete en la antigua calle Ventura Salazar, en donde se hizo de muchos clientes que les gustó el sabor de la birria.

Esto porque era preparada en un horno refractario, con penca de maguey y sellado con barro, lo que le da un sabor especial a la carne.

Cuyo procedimiento se sigue al pie de la letra, cuenta José Luis López Torres, quien es la tercera generación que atiende el negocio, después de su padre.

Recuerda que su padre empezó a trabajar desde los 9 años en la birriería, y con la práctica y la enseñanza de don José Refugio, aprendió a preparar a hacer los cortes de la carne, a prepararla y a sazonarla.

 

Su sabor se hizo el preferido de muchos ciudadanos, y comenzó a crecer su negocio, por lo que instalo su local en Guadalupe y tuvo que abrir una sucursal en Zacatecas, la cual tiene ya 20 años.

 

José Luis comenzó a trabajar como mesero desde pequeño, lavaba platos y atendía a los clientes, debido a que una de las exigencias de don Refugio era que se brindara un buen trato a los comensales.

“Mi abuelo decía si el cliente no trae dinero para el refresco hay que regalárselo, hay que tratarlos bien, después mi padre nos enseño el proceso de corte y sazón, paletas, piernas, cabeza, y así de generación en generación hemos trabajado en esto, siempre escuchando a los clientes y mejorar el servicio”, dice José Luis.

Al lugar acuden clientes que recuerdan que de pequeños comían birria con su familia cuando iniciaba la birriería, y ahora ellos siguen esa tradición con su familia.

“Muchos lo conocían por Don Cuco, era una persona muy alegre y servicial y que todo saliera perfecto para atender al cliente, que todo estuviera listo y preparado, y mi papa nos enseño el trabajo constante, por lo que nos sentimos orgullosos de seguir su legado”, agrega.

El negocio también se vio afectado por el tema de la pandemia por Covid-19, sin embargo, se trabajó en equipo tratando de mantener el legado y la forma de trabajo de don Refugio.

De esta forma se logró salir adelante y adaptarse a nuevas tecnologías y envió de comida a domicilio por medio de plataformas.