“El ser padre es aprender todos los días”: Obispo Sigifredo

Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas. | Foto: Cortesía.
Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas. | Foto: Cortesía.

Noriega Barceló felicitó a todos los padres de familia en su día.

ZACATECAS.- Durante la homilía dominical, Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas, resaltó la vida y obra del poeta Ramón López Velarde y dijo a los papás, en su día, que el ser padre es aprender todos los días.

Noriega Barceló felicitó a todos los padres de familia en su día. Señaló que “ser padre es aprender siempre, aprender todos los días y es estar abierto a la voz y a la voluntad de Dios; saberla mirar, escuchar, para saberla realizar en la vida”.

Explicó que sin los papás no estaríamos aquí, además de que la colaboración en casa haciendo familia y equipo, es enorme e indispensable.

Actualmente, dijo el obispo, muchos tienen miedo a la paternidad, por lo que los invitó a “aventurarse” pero no únicamente a la física, sino también a la moral y espiritual.

Centenario de la muerte de López Velarde

Asimismo, durante la celebración religiosa, el obispo, recordó el centenario de la muerte del poeta Ramón López Velarde, ya que en días anteriores participó en una misa dentro de las actividades para recordar a este ilustre zacatecano.

“Celebramos 100 años de la muerte de nuestro poeta nacional José Ramón Modesto López Velarde Berumen, el nombre completo se me quedó grabado. Leí varios comentarios, todos coinciden en las capacidades de este señor, no solo capacidad poética, sino también la de enfrentar la vida, vivir la vida desde la fe, capaz de la lucha de cada día, no solo entre el bien y el mal, sino la lucha del espíritu y de la carne”.

Explicó que a través de la obra de López Velarde, que es breve, se conoce su personalidad y su legado, que a más de 100 años sigue siendo inagotable.

“La obra ha trascendido, yo lo atribuyo al espíritu de un poeta que supo vivir su fe consigo mismo y en el ambiente en el que vivió. No era aceptado por ser católico ante tantos movimientos liberales, la segunda década del siglo pasado tuvo que luchar para permanecer firme en la fe”.