Controlados, los giros negros en Guadalupe

En años pasados, administraciones del municipio de Guadalupe acordaron reunir en un área a diversos establecimientos, conocidos como giros negros, para poder tener un control sobre los que existen y porque así lo marca la ley municipal.

Luego de diversas revisiones, el actual gobierno no ha logrado localizar algún lugar que se disfrace para ofrecer el servicio de prostitución a sus clientes, hasta el momento, lo único que han encontrado son algunos lugares que tienen a mujeres como empleadas para vender cerveza o alimentos y platicar con los asistentes, sin tener algún tipo de instalación en donde se sostengan relaciones sexuales.

Luis Boyain Goitia, encargado de Ejecución Fiscal del Municipio de Guadalupe, aseguró que el lugar que fue establecido para reunir a los giros negros es a espaldas de un conocido lugar frente a Villas de Guadalupe.

El funcionario municipal explicó que, de encontrar un lugar fuera de esta zona de tolerancia, se inicia un procedimiento que comienza con la sanción y posteriormente acuden a la presidencia a evaluar la situación por la cual se les haya sancionado.

“Tienen derecho de audiencia o bien, presentarse con un abogado y plantear su posición, luego de ello se les hace una sanción o una resolución que podría llegar a la clausura del negocio”, comentó.

El encargado de Ejecución Fiscal expresó que hay diversas sanciones económicas, que varían de acuerdo a la infracción, si es por vender alcohol fuera de horario, la muta puede ser de 2 mil 400 pesos, mientras que si se encuentra a un menor dentro de un local donde se vendan bebidas embriagantes, se procede inmediatamente a la clausura.

La multa más baja para un establecimiento de este tipo puede ser de 10 Unidades de Medida y  Actualización (UMA), que van de los 800 a 900 pesos y la más alta, marcada en la ley municipal, es de 500 UMAS que oscila alrededor de los 40 mil 300 pesos, que sería aplicada por permitir la entrada y venta de alcohol a menores de edad, además de la clausura.

Imagen Zacatecas – Víctor Castillo