Conoce los hoteles de Zacatecas donde puedes vivir sucesos paranormales

Se dice que en estos lugares se aparecen fantasmas y se escuchan ruidos paranormales.

ZACATECAS.-  La capital zacatecana es conocida por ser una ciudad colonial, rodeada de cantera y plata. Los hoteles del Centro Histórico tienen estas características.

Por ello, turistas de todo el mundo llegan y se alojan en los hoteles más antiguos de Zacatecas, mismos que en algún momento de la historia fueron otro tipo de recintos, unos casas, otros vecindades. 

Debido a esto, unos cuantos hoteles tienen leyendas que llaman la atención de quienes los visitan o quizá los aterran un poco, ya que dicen que se les aparecen fantasmas, escuchan ruidos e, incluso, sienten que alguien se sienta en su cama. 

Aquí te presentamos los hoteles de Zacatecas donde ocurren sucesos paranormales. 

De acuerdo con Alberto Lozano, actor de Noche de Leyendas con el Diablo de Zacatecas,  en el Centro Histórico hay al menos cuatro hoteles que tienen algún tipo de leyenda paranormal. 

Señaló que los huéspedes suelen contar que les suceden cosas terroríficas.

Hotel Posada de los Condes

Este lugar se encuentra a un costado del Jardín Independencia, en la avenida Juárez, esquina con Rayón.

Alberto explica que este lugar era la casa de Ana María de la Campa y Cos, condesa de San Mateo. Ella era una mujer adinerada que donó el acueducto de Zacatecas y parte de la Catedral. 

La gente de la capital le decía que su marido le era infiel y cuando Ana María lo descubrió con su amante, los asesinó.

El mito relata que ella aún habita en la que fuera su casa, el hotel Posada de los Condes. Se dice que los huéspedes llegan a escuchar las melodías de las fiestas que realizaba la condesa en esa época, así como murmullos de esos eventos.

Hotel Quinta Real

Uno de los hoteles más famosos de Zacatecas es el Quinta Real, que fuera la antigua Plaza de Toros de San Pedro y que también tiene una leyenda un tanto paranormal.

Se encuentra en el centro de la ciudad, a un costado del acueducto.

El actor de leyendas relata que alrededor de 1985 un torero muy famoso, de nombre Ponciano Díaz Salinas, se enamoró de una mujer de Jerez.

Sin embargo, ella era de una familia adinerada, por lo que no le permitieron tener una relación con él; ante esta situación, la jerezana decide envenenarse por desamor.

Por eso, se dice que hasta la fecha, ambos vagan por las entradas y pasillos del hotel Quinta Real.

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Mesón de Jobito

El Mesón de Jobito tiene una de las leyendas más conocidas de Zacatecas, la de la habitación 107; está ubicado en el Jardín de la Madre, en el mero Centro Histórico.

Alberto Lozano cuenta que don Jobito, era una minero acaudalado de la ciudad, quien también sufrió una historia de desamor, ya que la mujer que amaba era de diferente nivel económico.

Señalan, que él se hospedaba en la habitación 107, por lo que aún se aparece ahí.

Huéspedes han relatado que sienten que una presencia los observa, que alguien se sienta en la cama, que mueven algunas cosas o que escuchan ruidos extraños.

El mesón de Jobito fue uno de los mesones más importantes de Zacatecas donde se resguardaban a trabajadores de las minas de la ciudad.

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Hotel Casa Santa Lucía

El hotel Casa Santa Lucía, ubicado en la avenida Hidalgo, fue sede de la Santa Inquisición.

En este lugar, del 20 de agosto al 5 de septiembre, de 1911, estuvieron exhibidas las cuatro cabezas de los insurgentes después de ser decapitados.

El actor señala que en este hotel existe el mito de que aún se escuchan cosas de la Inquisición. 

Sin embargo, recordó que las personas que se han hospedado en estos hoteles, sin conocer las leyendas sí han escuchado o vivido sucesos paranormales.

Puede ser una imagen de edificios

Aclaró que al ser edificios muy antiguos estos hechos son un tanto normales.

“Se podría decir que son los cuatro, que no son casas embrujadas, pero que si tienen una historia y que pueden escucharse como ciertos ruidos y cosas al interior,” finalizó.

Y tú, te atreverías a hospedarte en estos lugares sabiendo que puede salir alguien a “jalarte las patas”.