Bibliotecas públicas asoman para pedir apoyo

Por Simitrio Quezada Desde hace siete meses, en la nueva Coordinación Estatal de Bibliotecas Públicas de Zacatecas estamos inspeccionándolas para resolver problemas. Tenemos 58 bibliotecas en cabeceras municipales y 182 en comunidades. Por convenio, gobiernos municipales deben pagar sueldos a bibliotecarios, vigilancia y mantenimiento de inmueble. De entrada resolvimos con presidentes la reapertura de varios … Leer más

Por Simitrio Quezada

Desde hace siete meses, en la nueva Coordinación Estatal de Bibliotecas Públicas de Zacatecas estamos inspeccionándolas para resolver problemas. Tenemos 58 bibliotecas en cabeceras municipales y 182 en comunidades. Por convenio, gobiernos municipales deben pagar sueldos a bibliotecarios, vigilancia y mantenimiento de inmueble. De entrada resolvimos con presidentes la reapertura de varios centros que tenían meses de estar cerrados.

Antes de pensar en instaurar más bibliotecas, debemos acabar con deficiencias y olvido en las existentes. 

En 2017, el principal problema es la infraestructura: goteras, vidrios rotos, humedad, salitre, pisos cuarteados o quebrados, ventanas y puertas sin protecciones. Algunas –La Zacatecana (Guadalupe), Ermita de Guadalupe (Jerez) y San Lorenzo (Río Grande)– se ven inundadas en tiempos de lluvia. En esta última faltan mesas y sillas para usuarios. Hicimos solicitud oficial: estamos esperando que nos doten de ellas.

Urge mantenimiento a la biblioteca más grande del estado, y presupuesto para dárselo; también a la de Colecciones Históricas Elías Amador. El 31 de octubre de 2016 presentamos nueve proyectos a la Legislatura federal para esto y para renovar computadoras y acervo: no obtuvimos respuesta. Del 29 de septiembre al 18 de noviembre de 2016 buscamos apoyo ante el presupuesto de egresos en la Legislatura local. En este tiempo la presidenta de la comisión de Educación, Cultura y Editorial no nos atendió.

Sólo una biblioteca tiene edificio propio. Apenas 95 tienen certeza catastral, pero a favor de sus gobiernos municipales. Otras 144 bibliotecas están en locales rentados, escuelas rurales, salones ejidales y sacristías. La del centro de Calera está en el área de comidas del mercado municipal. Estamos regularizando estas situaciones.

Bibliotecas como la de Ojocaliente y la de Ábrego, en Fresnillo, carecen de electricidad. En esta última también falta agua potable. Hemos buscado el diálogo con los presidentes para que nos apoyen.

Son 98 bibliotecas con internet parcial y de poca velocidad. Nuestra biblioteca sede tiene áreas sin esta conectividad, lo que torna infuncional el servicio a usuarios. A la principal de Guadalupe fueron quitándole espacio. Su Sala Braille es en realidad un rincón. El presidente municipal nos ha pedido paciencia.

Sólo una tiene videoteca, formada con VHS donados por una tienda que quebró. Sólo una, audiolibros. Sólo cuatro, ludotecas. Ninguna tiene bebeteca. Sólo cuatro, hemerotecas. Sólo seis, salas Braille. Sólo una, programas de lectura consolidados. Ninguna biblioteca tiene pantalla plana ni televisión inteligente para proyectar gratuitamente películas a los niños.

Pedimos a empresarios que nos donen libros “actuales”. Gestionamos con diputados y senadores recursos para conformar un fondo de adquisición de libros. Intensificamos nuestro programa de donaciones. Pedimos apoyo a medios de comunicación: sólo algunos han respondido.

Las bibliotecarias con menor salario son de Monte Escobedo: 500 pesos quincenales contra la de Apozol, 3,500 pesos. Urge una nivelación de mínimo 2,300 pesos quincenales. Ya pedimos respetar la antigüedad laboral de bibliotecarios: que no sean despedidas al iniciar un gobierno municipal.

Estamos a tiempo de prevenir una desgracia mortal: el derrumbe del sexto piso de la Mauricio Magdaleno, cargada hoy con 40 toneladas de periódicos, sobre la más poblada sala de usuarios en el estado. Esa biblioteca es péndulo invertido y urge bajar ese papel a primer piso, tras construcción de un edificio a nivel tierra que sirva como nueva Sala Braille. Ya contactamos a personal de Sinfra para que nos ayude con tal proyecto.

No queremos continuar solos: requerimos hoy un esfuerzo especial para compensar tantos años de olvido. Un esfuerzo conjunto: con poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial, empresarios, medios y ciudadanos. Las bibliotecas públicas zacatecanas asoman al escenario porque tienen mucho potencial, extraordinario; pero siguen faltándoles recursos.   

¿Quién dice “Yo”?

Imagen Zacatecas – Redacción