Batalla infernal

Como cualquier sábado, Fernando dormía plácidamente en su casa ubicada en una colonia popular de uno de los municipios considerados como más violentos de Zacatecas y del país, cuando de pronto unas “explosiones” interrumpieron su sueño. Al principio, creyó que eran cohetes para festejar a los santos que se veneran en la parroquia ubicada a … Leer más

Como cualquier sábado, Fernando dormía plácidamente en su casa ubicada en una colonia popular de uno de los municipios considerados como más violentos de Zacatecas y del país, cuando de pronto unas “explosiones” interrumpieron su sueño.

Al principio, creyó que eran cohetes para festejar a los santos que se veneran en la parroquia ubicada a pocas cuadras de su casa. 

En su vivienda, su padre y un albañil hacían algunos trabajos y escuchó decir al segundo “algo se está incendiando”. 

Decidió levantarse de su cama y junto a los dos hombres se asomaron por la ventana del segundo piso y observaron muy cerca de su casa el fuego generado por las explosiones que minutos antes habían causado granadas lanzadas a los coches. 

 

Momentos de espanto

Eso fue la antesala de un infierno nunca antes visto en esa región: lo que le siguió fueron minutos de terror porque se escuchaban las descargas de cuerno de chivo y ametralladoras. 

Esos sonidos eran los de elementos del Ejército enfrentándose a miembros de la delincuencia organizada. 

Tras casi media hora de balazos, incluso, hay quien dice que el enfrentamiento duró una hora;  todo calló y frente a su casa decenas de soldados comenzaron a correr pidiendo a la gente que no salieran; fueron momentos de angustia por la incertidumbre de no saber qué pasaba, de pensar que una bala perdida de cualquier bando pudiera dar en su casa y lastimarlo a él o a sus seres queridos. 

Recuerda que cerca de las 9:30 de la mañana le habló a su novia para decirle que no podría pasar por ella para ir a desayunar como habían quedado,  por lo que la muchacha entró en una crisis nerviosa al escuchar las descargas de arma de fuego a través de la línea telefónica. 

Temerosos, se dijeron cuánto se amaban temiendo que pudiera ocurrir el peor de los escenarios.
Los vecinos, por órdenes de los militares, no salieron de sus casas, sino hasta después de las 3:30 de la tarde.

 

Saldo letal

A esa hora vio cómo las grúas llevaban camionetas calcinadas y como un contenedor de garrafones de agua purificada quedó perforado por las balas, al igual que las fachadas de algunas viviendas. 
También entró en pánico al ver como el acceso  a su colonia había sido cerrado desde todos los puntos cardinales. 

Por fortuna, él, su familia y sus vecinos resultaron ilesos; lo que más le sorprendió fue que varios habitantes de su colonia salían al techo para ver qué era lo que ocurría, a costa de su seguridad.

De acuerdo con fuentes oficiales, el saldo de ese combate  fue de al menos dos militares y cuatro presuntos delincuentes muertos.

Los enfrentamientos sucedieron cuando, entre las calles de dicha colonia popular, se encontraron un convoy de la entonces Base de Operaciones Mixta conformada por el Ejército y la Policía Federal  y un grupo de presuntos delincuentes que abrieron fuego contra las autoridades con granadas y armas de grueso calibre.

Los atacantes viajaban en una camioneta desde la que comenzaron a disparar y a lanzar granadas, esas eran las explosiones que Fernando dijo que escuchó. 

Una de camionetas se incendió  con tres tripulantes dentro, según versiones de autoridades, a causa de que una de las granadas no alcanzó a salir y su estallido ocasionó que se quemara y murieran los tres sujetos en su interior.

El enfrentamiento terminó con otros cuatro presuntos delincuentes detenidos, tres lesionados y al menos siete vehículos reducidos a cenizas, entre ellos, la unidad en la que viajaban los militares asesinados.

Imagen Zacatecas – Lilith Rivera