¿Turbulencias?

Sigifredo Noriega Barceló.
Sigifredo Noriega Barceló.

El Día del Padre nos ofrece la oportunidad para agradecer la importancia de quien nos ha engendrado y acompañado en la vida. El día de la madre se celebra el 10 de mayo (en México) sin importar el día de la semana. En cambio, el del padre, cae siempre en domingo, quizás porque es ‘el … Leer más

El Día del Padre nos ofrece la oportunidad para agradecer la importancia de quien nos ha engendrado y acompañado en la vida. El día de la madre se celebra el 10 de mayo (en México) sin importar el día de la semana. En cambio, el del padre, cae siempre en domingo, quizás porque es ‘el señor’ (¿sigue siendo?) de la casa, o por otras razones. De cualquier forma es una invitación para mirar serenamente a esta persona tan significativa en las historias que vive y escribe en/con/para la familia y la sociedad.

Además de despertar sentimientos de admiración y gratitud nos ayuda a reflexionar sobre los retos de ser padre en tiempos en que nuestra sociedad parece huérfana de referentes de autoridad y las consecuencias que esto acarrea en la vivencia de los valores que dan sentido y consistencia a la vida. Ser padre no se agota en la generación, acompañamiento y educación de los hijos. Podemos hablar de paternidad en muchos sentidos… Este día somos invitados a mirar el rostro y leer la historia de alguien tan cercano que  -junto con nuestra madre y hermanos- ha dejado en nosotros la huella genética del amor.

La Palabra del domingo pasado habla de las turbulencias que hay que librar en la construcción del Reino de Dios y, desde luego, en la paternidad. Jesús pone en práctica lo que predica: el Reino de Dios es para todos, no sólo para el pueblo elegido. Sus discípulos no lo entienden así, ni lo aceptan a la primera. Su rechazo queda tipificado en una ‘tempestad’. No pueden superar el miedo que les causa la idea de que la salvación es para todos, también para los extranjeros. Jesús, a pesar de la ‘turbulencia’ en la barca, llega a la región gerasena, fuera de la región/religión judía. No hay duda de que el Reino de Dios se abre paso ante cualquier dificultad.

Releer este episodio en el día del padre nos recuerda que hay/habrá turbulencias en la vivencia de la paternidad en cualquier época. La nuestra presenta especiales retos y desafíos a quien es padre o a los candidatos a serlo. Uno de ellos es el miedo a la paternidad, al matrimonio, al futuro de los hijos… Jesús pide a los discípulos que hagan a un lado el miedo que los paraliza. Él está presente y despierto en medio de las tempestades.

El proyecto de Jesús es esperanzador y, en su dinámica,  transformador. La paternidad exige una larga travesía con tempestades incluidas. Nuestros padres se han formado en casa, con el ejemplo de los suyos, lo que han visto-oído-aprendido incluyendo búsquedas y tropiezos… Su escuela ha sido variada… Vale la pena escuchar su narrativa… De seguro encontraremos cada detalle en la travesía…

Las turbulencias de la vida pueden ser enfocadas desde la certeza del acompañamiento de Jesús en nuestra vida… Agradezcamos a Dios la confianza que deposita en cada padre… Asumamos con responsabilidad y exquisito amor las tareas pendientes… Que nuestra paternidad sea el mejor hogar y escuela de amor, solidario y fraterno, para quienes se nos han confiado.
Mil bendiciones, familia.




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