Ganar el debate y ganar la elección

Ayer fuimos testigos del debate escenificado entre quienes aspiran a gobernar la República. En lo personal, me parece un ejercicio democrático muy valioso, al que debería dársele más importancia, más tiempo, más veces, porque ahí es donde los candidatos demuestran, y la ciudadanía califica quién tiene los mejores atributos para responder con calidad, con eficiencia, … Leer más

Ayer fuimos testigos del debate escenificado entre quienes aspiran a gobernar la República. En lo personal, me parece un ejercicio democrático muy valioso, al que debería dársele más importancia, más tiempo, más veces, porque ahí es donde los candidatos demuestran, y la ciudadanía califica quién tiene los mejores atributos para responder con calidad, con eficiencia, con certeza, a las necesidades de la nación y quién es apto para dar respuesta a las realidades inaceptables y propicie crecimiento y desarrollo.

Se trató de un examen, en el que Meade, López Obrador, Anaya, Margarita y “El Bronco” además de habilidad para comunicar, debían exhibir su conocimiento del entorno nacional y proponer acciones y soluciones y respondieran cuestionamientos. No fue un debate de partidos. Fue un debate de candidatos, de personas.

Ciertamente, no hemos dado con el formato más adecuado, pues es evidente que se trata de un ejercicio muy breve para el tamaño de los retos a enfrentar, pero sí es una vía para que más gente, más electores, vean las capacidades de cada uno y se vayan formando una idea que les permitirá tomar la decisión a la hora de emitir el voto.

A los mítines de los partidos o de los candidatos independientes asisten sólo los militantes o sus simpatizantes. Es decir; quienes no son militantes o simpatizantes, no asisten nunca a los eventos de campaña y luego entonces, hay un gran sector de población que no se entera ni siquiera de quienes son los candidatos y mucho menos de sus aptitudes o de su prestigio o antecedentes.

El debate, en cambio, es visto desde su casa, o desde algún lugar común, por mucha gente que ni de chiste se acercaría a un evento de un partido político. Este ejercicio involucra, invita al análisis, propicia a su vez el debate entre amigos, familiares o compañeros de trabajo, entre quienes existe la discusión, desde su óptica, de quién ganó en este ejercicio y va formando criterio para la hora decisiva. Aquí hay confrontación de ideas, de propuestas, de soluciones, de compromisos, hay retroalimentación. En los eventos de partido, regularmente se trata de que el candidato unilateralmente exponga, y la gente le aplauda. No da oportunidad de hacer una real evaluación.

El debate llamó la atención y permitió que más gente se asomara a la vida pública pensando en su responsabilidad de votar. Con este primer debate ya se va viendo quien es el más preparado para gobernar. José Antonio Meade mostró que la experiencia que ha acumulado en veinte años de servicio en Banrural, la Financiera Rural, y en cinco secretarías de Estado lo han consolidado como el más idóneo. A mi modo de ver, ganó el debate y de seguir así, convenciendo, ganará la elección el primero de julio próximo.

Imagen Zacatecas – Jaime Santoyo Castro