4 perritos callejeros hacen guardia en funeral de la mujer que les daba de comer

MÉXICO.- En redes sociales se viralizaron un par de fotografías en las que se muestran cuatro perritos alrededor del ataúd de la mujer que los alimentó por muchos años.

Como si estuvieran haciendo guardia, los perritos permanecieron en el velorio acompañando a quien cuidó de ellos.

Amaba a perros y gatos por igual

De acuerdo con familiares, la mujer, Rosa Margarita Suárez, dedicó su vida entera al cuidado de los animales; más de 20 gatos recibían comida y alimento por parte de ella. Asimismo, se dijo que en cuanto veía un perrito en la calle regresaba a su casa para llevarle un poco de alimento.

Debido a que la mujer no tenía un espacio suficientemente grande para cuidar a los animalitos, solo les daba de comer todos los días.

Tanto perros y gatos se acostumbraron a que ella los alimentara, por ello, esperaban en la puerta de su casa, para recibir, también, cariño.

Aun cuando Rosa Margarita se encontraba convaleciente, seguía ofreciéndole comida a los perritos y gatos, prácticamente hasta el último día de su vida.

Perros acuden al funeral

A pesar de que los hechos ocurrieron el 15 de marzo del 2015, apenas se viralizaron en redes sociales.

Las imágenes muestran que cuatro perros llegaron al lugar donde estaban velando a la mujer y se recostaron a un lado del ataúd; permanecieron quietos y en silencio, dando a entender que sabían de lo que se trataba.

La familia llegó a pensar que los canes pertenecían a la funeraria, pero el personal aclaró que no era así y nunca los había visto.

Los perritos acudieron a despedir y agradecerle a Margarita todo lo que ella había hecho por ellos.

Luego de tan emotiva escena, Patricia, la hija de Margarita, captó el momento y lo compartió en redes sociales.

También se dice que cuando llevaron los restos de la mujer a la iglesia, un grupo de canes siguió a la carroza; tras la celebración religiosa, los perros volvieron a acompañar a la mujer hasta que estuvo lista para ser cremada.

“Al llegar al lugar del velatorio, de la nada llegó una jauría de perros, entraron a la salita y se instalaron”, escribió Urrutia.