Foto: Cortesía
¿es una simple estrategia de marketing, un culto simbólico o una muestra del fervor popular que aún despierta López Obrador?
CIUDAD DE MÉXICO.- A casi cinco meses de haber dejado la Presidencia, la imagen de Andrés Manuel López Obrador sigue siendo un fenómeno social y comercial. Ahora, no solo aparece en tazas, playeras y muñecos, sino que también ha sido transformado en una figura religiosa bajo el nombre de “San AMLITO”, una representación del exmandatario como un santo popular.
Esta peculiar escultura de yeso, de 15 centímetros de altura, se vende en 200 pesos en los alrededores de la Catedral Metropolitana, a escasos metros de Palacio Nacional. Su diseño recuerda a la icónica figura de San Judas Tadeo, con López Obrador descalzo, vistiendo una túnica blanca cruzada por una banda similar a la presidencial y sosteniendo un báculo en su mano izquierda.
Canonizan vendedores ambulantes a AMLO. La figura de “San AMLITO” se vende en la zona centro de la CDMX, cerca de la Catedral Metropolitana y Palacio Nacional. Además, ofertan inciensos incluso con rezo incluido a “San Andrés”.
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— Pamela Cerdeira (@PamCerdeira) February 14, 2025
Los comerciantes aseguran que “San AMLITO” es el santo del pueblo, y que incluso hace milagros. Para reforzar su carácter místico, la figura viene acompañada de una oración, la cual sus simpatizantes pueden recitar para pedir su regreso al poder o su protección contra la corrupción:
“San AMLITO: No nos dejes tan solitos
San Andrés: Reeligete otra vez
San Manuel: Tu pueblo te ama, no te separes de él
San Peje: Cuida que la gente en las urnas no se apendeje
San Obrador: Protégenos de los ladrones corruptos, señor
Señor López: Elimina a los vende patrias oligarcas torpes
AMLO querido: Te seguiremos amando aún cuando ya te hayas ido.
“Te brindaremos, Señor, esta humilde alabanza, porque el pueblo se cansa de tanta pinche tranza.”
Entre devoción y polémica
La figura de “San AMLITO” no es la primera mercancía inspirada en López Obrador. En los últimos años, la venta de productos con su imagen ha crecido, desde muñecos parlantes hasta ropa y accesorios con frases icónicas como “Me canso ganso”.
Sin embargo, el fenómeno ha generado controversia. En 2023, el INE intentó prohibir la venta de artículos con su imagen al considerarlos propaganda electoral, pero el Tribunal Electoral revocó la medida.
Ahora, el debate sigue abierto: ¿es una simple estrategia de marketing, un culto simbólico o una muestra del fervor popular que aún despierta López Obrador?