Proponen transformar a la CNDH en “Procuraduría de Pobres”

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La presidenta de la CNDH comentó que es tiempo de dejar atrás un modelo que privilegió la promoción y divulgación de los derechos humanos y olvidó la protección y defensa.

MÉXICO.- Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos propuso que la CNDH se trasformará en una “Procuraduría de Pobres”.

Ya que a partir de la reforma Constitucional que se hizo al artículo 102, en su apartado B de la Carta Magna, se solicitó que sus recomendaciones sean vinculantes.

Por motivo de los 30 años del organismo autónomo nacional, Piedra Ibarra, se remitió al año de 1947 cuando se aprobó: 

“La propuesta humanista de Ponciano Arriaga para crear la Procuraduría de Pobres, que tenía el propósito de proteger a los pobres”.

Es por eso que comentó que el organismo estaba creado para defender los derechos humanos de personas de escasos recursos contra los abusos de una autoridad y también contaba con facultades para denunciar y solicitar la reparación del daño que correspondiera.

“Esa es la tradición del Defensor del Pueblo en nuestro país, y la que hemos de reivindicar ahora, a 30 años del nacimiento de la CNDH y del agotamiento de su modelo de operación. Fracaso evidente en el enorme costo que ha representado para el pueblo, y los escasos resultados logrados; algo que no decimos nosotros sino que han documentado infinidad de ONG’ s y organismos tanto nacionales como internacionales.

Entonces, una parte de la lucha es lograr que las recomendaciones tengan carácter vinculante; que las autoridades las acaten y reparen el daño consecuencia de sus actos, tener sobre todo mayor incidencia en las políticas públicas. Reducir los gastos de la Comisión, optimizar los recursos; y centrarnos en lo que nos corresponde hacer: atender a las víctimas de violaciones de derechos humanos y a quienes están en riesgo de serlo” comentó.

Además comentó que es tiempo de dejar atrás un modelo que privilegió la promoción y divulgación de los derechos humanos y que por muchos años descuidó lo que realmente era su objetivo, la protección y defensa.

“Según los juristas y defensores ortodoxos que defienden este modelo, lo contrario, es decir otorgarle más facultades de calificación; desvirtuaría la naturaleza de una institución defensora de derechos humanos, por lo que su fuerza se reduce a la emisión de recomendaciones que además, afirman, no pueden ser vinculantes”, finalizó.