La policía permitió la fuga del feminicida de Liz en Jalisco; sigue prófugo

Foto: Cortesía
Foto: Cortesía

Vivía una relación violenta con su pareja; ella lo terminó y él la asesinó.

JALISCO.- Lizeth Saldívar Rangel de 31 años fue asesinada un 10 de febrero, hace seis años en Guadalajara, Jalisco. Su pareja identificado como Alejandro González Rodríguez, la estranguló y abandonó su cuerpo en su casa y escapó.

La hermana mayor de la joven, Selene, divulgó la fotografía del asesino de su hermana en un grupo de Facebook para dar con el feminicida.

Pues a pesar de existir una orden de aprehensión en su contra se encuentra prófugo de la justicia y las autoridades “no lo buscan”. 

Este feminicida fue apodado ‘El Maniaco’ porque es una persona violenta que se ha hecho consumidor de drogas y alcohol.

Antes de Liz, había tenido dos parejas con quienes procreó hijos. A Lizeth la conoció por redes sociales y llevaba una relación de tres años con ella; el día de su aniversario la asesinó.

Lizeth vivía una relación de violencia y abuso con Alejandro, pero lo ocultaba, tenía miedo. El día de su asesinato, la pareja salió a festejar su aniversario a un bar y Selene también estaba invitada.

En el baño de mujeres, Liz le confió a su hermana que ya lo iba a dejar porque la golpeaba; ella ya no quería estar con él.

‘Perri’

Tras salir del bar, Liz pasó por su perro ‘Perri’ a casa de sus padres ya que no le gustaba dejarlo solo cuando salía. Esto fue lo último que se supo de la joven, días después su familia la encontró muerta.

Se sospecha que Liz le puso fin a su relación con Alejandro, pero él no la dejó ir. Forcejearon, él la estranguló y la aventó contra el suelo fracturándole el cráneo.

El feminicida convivió un tiempo con el cadáver, entró y salió del domicilio con un cartón de cervezas; incluso, el papá del asesino acudió a la escena del crimen, fumó y dejó las colillas de cigarro con su ADN en el lugar.

Al momento de huir, “El Maniaco” se llevó consigo la computadora, el celular y otras pertenencias de la que fue su pareja.

Luego de acudir a la casa en repetidas ocasiones, la familia de Lizeth no pudo encontrarla, y los padres de Alejandro aseguraron de manera nerviosa que no sabían nada.

Al tercer día, la familia de la joven psicóloga volvió a la casa de la pareja, pero todo seguía cerrado, fue entonces que escucharon los ladridos ansiosos de ‘Perri’.

“Algo está sucediendo porque Liz jamás deja al perro solo”, fueron las palabras de su madre al escuchar a “Perri” desesperado y aventándose hacia la puerta.

Cuando lograron abrir el mosquitero de la ventana, alcanzaron a ver el cuerpo de la joven tumbado en el piso a días de haber sido asesinada; ya estaba en descomposición.

La policía nunca llegó

Llamaron a la policía. La madre de Lizeth le pidió al Ministerio Público que interrogaran a los papás de Alejandro, que estuvieron presentes cuando encontraron a la joven.

Una vecina le aseguró a Selene que no era la primera vez que Alejandro la maltrataba. El día de su muerte al rededor de las 5 de la mañana, la señora logró escuchar el movimiento de muebles.

Además de Liz pidiendo auxilio, sin embargo la policía nunca llegó.

Selene es abogada, pero sus conocimientos en leyes no han sido suficientes para lograr justicia para su hermana. Al lado de su padre, quien ya falleció y que no pudo ver la justicia por su hija, realizó toda la integración de la carpeta de investigación.

Ambos revisaron minuciosamente cada documento, notaron omisiones en los dictámenes y pelearon por modificarlos.

Las autoridades les fallaron

Lograron la orden de aprehensión contra Alejandro González Rodríguez, pero las autoridades les fallaron.

La familia localizó al feminicida y le proporcionaron toda la información a las autoridades para su captura, pero un policía contactó al asesino y a cambio de dinero, permitió su fuga, refiere Selene.

“Imagínate la impotencia, conocer de leyes y no podernos defender y hacer justicia a mi hermana. Es muy difícil puesto que las leyes mexicanas no nos han apoyado”.

Van más de seis años del feminicidio de Lizeth Saldívar Rangel. Su familia teme que su feminicida, Alejandro González Rodríguez, esté libre.

Gente de la zona les ha dicho que lo han visto paseando por las calles sin preocupación; temen que le pueda endulzar el oído a otra mujer y que corra con el mismo destino que Liz.

Con información de El Heraldo de México.