Según Euromonitor, es alta la vulnerabilidad energética de México

El Índice Global de Vulnerabilidad Energética 2023 se presenta no solo como una herramienta, sino como una brújula para empresas y líderes mundiales.

El mundo de la energía se encuentra en constante evolución. Los países se esfuerzan por equilibrar sus necesidades energéticas con la sostenibilidad y la seguridad. En este contexto, Euromonitor International, firma líder en investigación de mercados, difundió ayer su innovador Índice Global de Vulnerabilidad Energética 2023 (IGVE).

Este índice se presenta no solo como una herramienta, sino como una brújula para empresas y líderes mundiales. Con él, pueden conocer la seguridad energética en 100 diferentes países, México incluido, identificando posibles riesgos y oportunidades en mercados en los que operan o desean expandirse.

Euromonitor utilizó seis grupos de indicadores para medir el nivel de vulnerabilidad energética de cada país (entre paréntesis se anota el porcentaje de cada uno como parte de la calificación total):

Autonomía energética (30%).  Una economía con limitada producción energética y alta dependencia de importaciones enfrenta riesgos de suministro y geopolíticos. Confiar en un solo proveedor es arriesgado.

Alternativas a fuentes fósiles (35%). Las alternativas renovables y la energía nuclear ofrecen una solución más estable, alejándonos de los combustibles fósiles y aumentando la sostenibilidad.

Potencial de reservas (10%). Aunque existan reservas de petróleo o gas, es vital contar con la infraestructura adecuada para garantizar la autonomía energética.

Accesibilidad energética (5%). Una infraestructura deficiente y el limitado acceso energético desafían a cualquier economía.

Eficiencia energética (10%). La eficiencia energética ayuda a reducir la dependencia del exterior y aumenta la competitividad

Resiliencia económica (10% PT). Una nación resiliente con libertad económica es más capaz de enfrentar las fluctuaciones del mercado energético

Países como Noruega, Canadá, Australia y Estados Unidos se han erigido como bastiones de fortaleza energética, destacando no solo por sus recursos sino también por una diversificación inteligente. Por otro lado, naciones como Bielorrusia y Líbano muestran una vulnerabilidad palpable por no diversificar y depender demasiado de fuentes externas.

Singapur y Hong Kong están en una situación precaria debido a su dependencia de las importaciones energéticas, lo que indica que la  fuerza económica no siempre equivale a seguridad energética.

Europa, pese a sus avances en energías limpias, no está exenta de desafíos. Su dependencia de las importaciones ya demostró ser su talón de Aquiles en tiempos de crisis.

México ocupa el lugar 46 dentro del IGVE y en cada uno de los seis indicadores queda en estos lugares: 50 en autonomía energética, 54 en alternativas a fuentes fósiles, 21 en potencial de reservas, 69 en accesibilidad energética, 45 en eficiencia energética y 63 en resiliencia económica.

Alrededor del mundo, el IGVE y otros datos son analizados por quienes deciden el destino de las inversiones directas de sus corporaciones. Nuestro país se ubica muy por debajo de otras economías de América Latina que aparecen en mejores dentro del índice, como son Colombia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Perú, Bolivia, Uruguay y Argentina.

Afortunadamente, México tiene otras ventajas competitivas sobre estos países. Para empezar, su cercanía al mayor mercado del planeta.

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