Malos, malditos y Punto Final

Pablo Torres Corpus.
Pablo Torres Corpus.

Malos” y “malditos” son conceptos de uso común, que por su cotidianeidad, no ubicamos en su justo contexto y usamos indiferentemente. Si queremos decir que alguien actuó con nocividad, perversidad o falta de bondad, lo llamamos malo o maldito. Sin embargo, las palabras referidas guardan diferencias sustanciales entre sí; malo y maldito no es lo … Leer más

Malos” y “malditos” son conceptos de uso común, que por su cotidianeidad, no ubicamos en su justo contexto y usamos indiferentemente.

Si queremos decir que alguien actuó con nocividad, perversidad o falta de bondad, lo llamamos malo o maldito.

Sin embargo, las palabras referidas guardan diferencias sustanciales entre sí; malo y maldito no es lo mismo en la forma y mucho menos en el fondo, y es Fernando Savater uno de los filósofos que con mayor facilidad y agudeza ha descrito estas sustanciales diferencias.

Savater define “malos” como aquellas personas que han tenido acceso a educación e información; son personas cultas, preparadas que saben en qué consiste el bien y el mal, entienden lo que es bueno y malo, lo que afecta a sí mismo y a los demás.

Los malos son aquellos que, conociendo el bien y el mal, con plena libertad ha elegido actuar con perversidad, obrar de mala fe, afectar o intentar afectar a otros.

Los “malditos” son aquellos que actúan con maldad, pero que a diferencia de los malos, se comportan así porque no tienen elección, porque no conocen otra forma de vida.

Los malditos son los que actúan con dolo, pero no por elección, sino porque no les queda de otra.

Los malditos son los que no han conocido las características del bien y el mal, por lo tanto, no han podido elegir si obran para bien o para mal.

Ejemplo: un político “silvestre” que en sus discursos se refiere a las mujeres como “viejas”; a los tontos como “pendejos”, y así por el estilo. Seguramente incomodará a muchos de sus oyentes.

Este individuo no tuvo oportunidad de elegir qué lenguaje utilizaría porque simplemente no conoce otro.

Un malo pudiera ser un político letrado que en sus discursos se refiera a las mujeres como “viejas”, a los tontos como “pendejos”.

Pero a diferencia del maldito, así se expresa de manera vulgar con el claro y definitivo propósito de ofender o llamar la atención de quienes lo escuchan.

Punto Final

Y también subirá la energía eléctrica.

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