La mayoría de las encuestas serias señalan que es y será Claudia

Marcelo y Adán Augusto aseguran que ellos serán los favorecidos por la opinión popular.

Ayer concluyeron las precampañas presidenciales de los morenistas que aspiran a la candidatura presidencial de Morena y sus aliados, el PT y el PVEM.

Con el propósito de no infringir la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE), que determina que las precampañas presidenciales, para senadurías y diputaciones federales, deben comenzar a más tardar en la tercera semana de noviembre del año previo a la elección, el presidente Andrés Manuel López Obrador, el presidente nacional de Morena, Mario Delgado, y sus estrategas idearon un proceso para designar al o a la titular de la denominada Coordinación de Comités para la Defensa de la Cuarta Transformación. Este puesto lo ocupará eventualmente el candidato o candidata presidencial de los tres partidos.

Desde el 19 de junio hasta ayer, los morenistas Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, y Ricardo Monreal, junto con el petista Gerardo Fernández Noroña y el ecologista Manuel Velasco, realizaron campañas por todo el país. Estos eventos, etiquetados como recorridos para destacar los logros de la 4T y persuadir a la ciudadanía a respaldar a un Coordinador o Coordinadora, buscaron sortear las restricciones de la LEGIPE.

A cada aspirante morenista se le asignaron cinco millones de pesos destinados a gastos como viáticos, alimentación, hospedaje, transporte, entre otros. Estos fondos no contemplaban gastos en publicidad ni en movilización o acarreo de simpatizantes de verdad o de mentiras. Morena solicitó al PT y PVEM que respetaran este monto para sus candidatos.

Los aspirantes debían abstenerse de autopromocionarse o de criticar a los demás. Además, sus asambleas informativas, término que Morena utilizó para sus mítines, debían llevarse a cabo, preferentemente, en recintos partidarios y no en plazas públicas.

Sin embargo, durante sus giras, los seis aspirantes incumplieron, de diversas formas, tanto la LEGIPE como las normas internas acordadas en junio. En múltiples ocasiones, organizaron reuniones multitudinarias con asistencia que, a pesar de las negativas de los candidatos, evidentemente fue movilizada desde distintos puntos del país.

En todo el país se observó su publicidad en carteleras espectaculares, vallas, bardas y muros, a pesar de estar prohibido. Ante esto, los candidatos se deslindaron, argumentando que fueron “admiradores” o entidades externas quienes promovieron su imagen.

Además, no dudaron en criticar a sus rivales y en adelantar propuestas presidenciales.

En resumen, las campañas evocaron prácticas del antiguo PRI, partido al que pertenecieron tres de los cuatro morenistas. El hecho de que Claudia no haya militado allí no la eximió de seguir un estilo similar.

Tras este proceso, en los próximos días se realizarán las encuestas que determinarán quién será el o la titular de la Coordinación y virtual precandidato(a) y candidato(a) a la presidencia de la república. El miércoles 6 de septiembre Morena, PT y PVEM darán a conocer su identidad.

Pese a que Marcelo y Adán Augusto han asegurado que ellos serán los favorecidos por la opinión popular, es un hecho de que la mayoría de las encuestas serias que hasta ahora se han difundido señalan que es y será Claudia.

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