González Echeverría ¿Gobernador?

No debe extrañarnos en lo absoluto lo que ha ocurrido en este país en el ir y devenir de los siglos. Este territorio comprendido en medio del continente americano ha sido escenario de una serie de acontecimientos que rayan desde lo insólito hasta lo estridente sin alejarnos de las míticas fantasías hasta invasiones y guerrillas … Leer más

No debe extrañarnos en lo absoluto lo que ha ocurrido en este país en el ir y devenir de los siglos. Este territorio comprendido en medio del continente americano ha sido escenario de una serie de acontecimientos que rayan desde lo insólito hasta lo estridente sin alejarnos de las míticas fantasías hasta invasiones y guerrillas intestinas y desde luego contra potencias extranjeras.

Para no distanciarnos del propósito de relatarle algunos episodios vinculados al poder político, dictatorial, monárquico, conservador o liberal que han reproducido escritores de un bando y del otro, sobre la forma cualquiera que fuera su interpretación de asumir el poder, nos han dejado muchas cuartillas de narraciones que en su tiempo eran normales, sin diferenciar en lo absoluto lo que ocurre en el presente.

No hace muchos años, el profesor José Farías Galindo, entonces Cronista de Xochimilco, biógrafo principal y defensor de la obra de Francisco Goitia, nos hizo entrega de un escrito referente a los gobernadores del estado. En él se hacía alusión, no en una sino en varias apariciones como titular del ejecutivo zacatecano de un personaje que tiene que ver con las minas y ciudad de Fresnillo.

Se trata del veracruzano José González y Echeverría, Coterráneo de Antonio López de Santa Ana. Ese binomio se involucra en la creación de la Compañía Minera denominada Zacatecano-Mexicana, de origen inglés, que obtiene la concesión en tiempos de su alteza serenísima, para explotar las minas del Fresnillo.

José González Echeverría destacó como excelente administrador de la empresa que representaba que transformó al pueblo y lo proyecto a otros niveles. Su presencia en la comunidad fresnillense fue importante para su desarrollo que al final de cuentas en reconocimiento a su altruismo la ciudad lleva su nombre.

Pues bien… como empresario, nadie duda de su capacidad; sin embargo cuando el generalísimo López de Santa Ana lo lleva a la gubernatura del estado, su imagen fue otra. El historiador Elías Amador  rescata las apariciones del veracruzano como gobernador y relata que la primera fue el 9 de octubre de 1852. Solamente permanece en el poder hasta el 13 de diciembre.

Al recuperar el poder que había perdido por corto tiempo Santa Ana en 1853  se da a la tarea de establecer la dictadura militar en todo el país, de paso elimina la federación y todas las libertades públicas. Con esa maniobra el país entero entró en una tiranía militar y los ciudadanos quedaron sujetos a una repugnante dictadura.

Los comandantes generales ocuparon los puestos de gobernadores en muchos estados y las acciones legislativas de los congresos quedaron prácticamente abolidos, como fue el caso de Zacatecas.

La inestabilidad política fue propicia para dar paso a otros excesos y abusos del poder. Para entonces José González Echeverría volvía de nueva cuenta como Gobernador del Estado, y tomando en cuenta que era afín a Santa Ana comenzó a ejercer un sistema arbitrario en materia de recaudación de impuestos. Dictó disposiciones anticonstitucionales y se abrogó facultades legislativas de exclusiva competencia del Congreso.

El 26 de enero de 1853 el Gobierno y el Congreso del Estado se adhirieron solemnemente al pronunciamiento de México que arrojó deplorables consecuencias, como por ejemplo la muerte de la constitución de 1824. Varios miembros del congreso no se doblegaron a la imposición y prefirieron retirarse a la vida privada.

Un poco más adelante Don Francisco Román, diputado de Tlaltenango se pronunció en contra de la arbitraria decisión de González Echeverría.

El 10 de marzo de 1853 González Echeverría entregó el gobierno al general Ventura Morales. El sucesor vino a empeorar la situación al publicar decretos que provocaron reacciones violentas de la comunidad cuando pretendía cobrar impuestos de todo lo que se le ocurría, entre ellos que los propietarios de mulas y burros deberían pagar al estado impuestos elevados.

Entre otros decretos que molestaron a los zacatecanos se mencionan los que obligaban a los conductores de carros para que repararan los puentes y caminos por donde transitaban con sus vehículos, imponer una contribución especial para el sostenimiento de la policía y que todos los propietarios de mulas, caballos o ganado vacuno tenían que pagar más contribuciones según el número de semovientes.

Lo anterior comprende tan solo algunas referencias de un régimen que fue fatal para la población zacatecana como lo fue la dictadura de Antonio López de Santa Ana.

En el manifiesto del diputado de Tlaltenango en contra de González Echeverría le dice: “Si VE desea la felicidad del estado, debe comenzar por respetar las leyes; la arbitrariedad, es Anarquía”.

Otros historiadores con relación  a las apariciones como Gobernador del Estado  de JGE lo califican como pésimo político. En cambio como administrador de las minas de Fresnillo destacan sus aciertos en todos conceptos.




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