El vocabulario traído por la pandemia

Simitrio Quezada.
Simitrio Quezada.

Para Luis Enrique Mercado, con gran agradecimiento Como elemento vivo, el lenguaje vive en permanente cambio. Especial arroyo, él nos trae de pronto palabras que habían quedado atrás, se lleva otras que sí necesitábamos, hunde otras más o forma nuevas de la combinación de varias. Tras la llegada del nuevo tipo de coronavirus cuya cepa … Leer más

Para Luis Enrique Mercado, con gran agradecimiento

Como elemento vivo, el lenguaje vive en permanente cambio. Especial arroyo, él nos trae de pronto palabras que habían quedado atrás, se lleva otras que sí necesitábamos, hunde otras más o forma nuevas de la combinación de varias.

Tras la llegada del nuevo tipo de coronavirus cuya cepa fue encontrada en China en diciembre de 2019, Coronavirus Disease-19, se formó la palabra compuesta Covid-19. En español puede decirse “la Covid” si se refiere a la enfermedad o “el Covid” si nombra al virus. Muchos nos pronunciamos por la mayúscula inicial, al considerarlo nombre o sustantivo propio.

Otro término que nos llegó desde marzo fue “covidiota” para designar a quienes demuestran descreimiento por la enfermedad o en su práctica cotidiana la minimizan, porque continúan en reuniones o no echan mano ni a cubrebocas ni a sana distancia.

Hermosa palabra del español, incluso poética, es “confín”: extremo, orilla, final. De ella se desprendió “confinamiento” como sinónimo de reclusión (del verbo latino “claudere”: cerrar).

“Aislamiento” proviene de isla. Quien se aísla entra a una isla metafórica: solo y separado de otras personas.

En esta nueva forma de vida casi todo es virtual (de “vir”: fuerza), con potencial para existir y ser palpable en la realidad.
La cuarentena (período más o menos determinado de aislamiento preventivo, no necesariamente de 40 días) tornose “cuarenpena”, entre la constante desinfección que ahora llaman “sanitización”. En la industria de la limpieza insisten en que, mientras “desinfectar” implica destruir todos los organismos riesgosos para la salud, “sanitizar” es reducirlos a un nivel inocuo.

Hablamos también de los “cuarentennials” para referirnos a esta generación también llamada Alfa: los nacidos desde 2010. Los “coronabebés” son los que están naciendo desde el mes pasado, y fueron concebidos en intensos encuentros sexuales dados en el obligado encierro. En el otro extremo, los “covidivorcios” son rupturas tras el desgaste en la permanente e inusitada convivencia de cónyuges.

La “infodemia” es la obsesión por la información respecto a esta pandemia; la “vinollamada”, la pisteada remota. Así como hay “teletrabajo”, también hay “teleparranda”.

Aunque el mundo enfermó, se revitalizó el lenguaje. El arroyo continúa su danza cambiante y quienes en él nos bañamos no podemos menos que continuar sorprendiéndonos, aunque en medio de tanto luto y tristeza que nadie olvidará.

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