Hay derechistas e izquierdistas

Eduardo Ruiz-Healy.
Eduardo Ruiz-Healy.

Me han sorprendido la frialdad y despreocupación mostradas por el presidente Andrés Manuel López Obrador cada vez que se refiere al tema de los feminicidios y otras formas de violencia hacia las mujeres. Cuando alguien le pregunta sobre el asunto durante sus conferencias de prensa, se limita a decir que son hechos reprobables para luego … Leer más

Me han sorprendido la frialdad y despreocupación mostradas por el presidente Andrés Manuel López Obrador cada vez que se refiere al tema de los feminicidios y otras formas de violencia hacia las mujeres. Cuando alguien le pregunta sobre el asunto durante sus conferencias de prensa, se limita a decir que son hechos reprobables para luego dedicar muchos minutos a insistir en que lo que sucede es culpa de quienes gobernaron a México durante casi 40 años.

Y si bien se muestra insensible al condenar los asesinatos, violaciones, hostigamientos y demás crímenes contra las mujeres, se emociona intensamente cuando dice que los neoliberales son derechistas, conservadores, neoporfiristas, hipócritas, rateros y corruptos, entre otros calificativos.

Pareciera ser que no le importa o no entiende la gravedad de la situación; que no comprende la realidad que cotidianamente enfrentan millones de mujeres y niñas dentro y fuera de sus hogares.

Al descalificar el paro nacional de mujeres convocado para el lunes 9 de marzo venidero, asegurando que es un evento organizado por la derecha, por los “conservadores hipócritas”, el jefe del Estado mexicano actúa de la misma manera que como jefe de gobierno del Distrito Federal, cuando descalificó como una “marcha de pirruris” la que se realizó contra la violencia en la Ciudad de México el 27 de junio de 2004. Entonces dijo que detrás de ella estaban el PAN, Televisa, la derecha y la ultraderecha, ofendiendo así a las miles de personas que ese día se manifestaron en contra de la ola de secuestros, asesinatos y robos en la capital del país.

Han transcurrido casi 16 años desde que AMLO optó por ignorar agravios legítimos de sus gobernados y, aparentemente, aún mantiene esa actitud hacia quienes demandan justicia y un eficaz combate contra la delincuencia. Para él, quienes apoyamos el paro nacional de mujeres del 9 de marzo somos hipócritas de derecha y no hombres y mujeres que vivimos con temor de ser víctimas de los miles de criminales que actúan con una impunidad casi absoluta.

El presidente parece olvidar que millones de las mujeres agraviadas y enojadas que pararán el mes entrante votaron por él y lo llevaron al poder. Al hacerlo pone en riesgo no solo su popularidad sino su mayoría en la Cámara de Diputados, la cual se renovará en julio de 2021.

El presidente debe dejar de buscar culpables de lo que ocurre y aceptar que durante el primer año de su gobierno, el número de mujeres asesinadas en el país aumentó 4.4%, (de 3663 en 2018 a 3825 en 2019); que el número de estos asesinatos catalogados como feminicidios creció casi 10% (de 892 en 2018 a 980 en 2019); que los casos denunciados de abuso, acoso y hostigamiento sexual aumentaron 26.4% (de 22 863 en 2018 a 28 909 en 2019); y que el número de violaciones se incrementó 12.3% (de 15 188 en 2018 a 17 060 en 2019). (Estas cifras solo indican los delitos denunciados –45 969– que son el 6.8% del total de los perpetrados. Si consideramos lo anterior, el número de delitos sexuales contra las mujeres el año pasado llegó a 676 015).I




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