Covid-19 y esperanza de vida

Antonio Sánchez González.
Antonio Sánchez González.

Los espectaculares resultados del estudio demográfico internacional publicado el 17 de octubre en la revista Nature Human Behaviour proporcionan información esencial para extraer lecciones de un desastre que causó más de 6.6 millones de muertes en todo el mundo.

Causando una disminución de la esperanza de vida sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, la pandemia de Covid-19 ha revelado trágicamente no solo la fragilidad del progreso de la salud, sino también la eficacia desigual de los sistemas políticos y sanitarios.

Los espectaculares resultados del estudio demográfico internacional publicado el 17 de octubre en la revista Nature Human Behaviour proporcionan información esencial para extraer lecciones de un desastre que causó más de 6.6 millones de muertes en todo el mundo, incluidos 2 millones en Europa y casi tres cuartos de un millón solamente en México.

Al elaborar una evaluación comparativa de dos años de Covid-19 en veintisiete países europeos, así como en los Estados Unidos, los demógrafos destacan profundas desigualdades: mientras que los años 2020 y 2021 estuvieron marcados por una disminución de la esperanza de vida en la gran mayoría de los países europeos, esta pérdida en dos años fue muy limitada en Francia (1,2 meses) y en sus vecinos (5,7 meses en Alemania). 7,4 meses en España e Italia), mientras que en los países del antiguo bloque soviético las caídas fueron asombrosas: 3,5 años en Bulgaria y 2,8 años en Polonia. En nuestro país, la cifra es el mayor retroceso en la expectativa de vida desde el final de la Revolución Mexicana, al final de la tercera década del siglo pasado.

En los Estados Unidos, los resultados son calamitosos. No solo el ritmo de muertes por Covid-19 fue más rápido, sino que las víctimas también fueron más jóvenes que en otros países comparables. En dos años, el país registró un exceso de mortalidad estimado en más de 1 millón de personas, y la esperanza de vida se redujo en 2,7 años, la mayor disminución en este indicador desde 1920. La mitad de esta cifra está relacionada con la escala de la pandemia, y la otra mitad con el uso excesivo de opioides, se debe en parte a las tasas récord de obesidad, un sistema de protección social débil y una tasa de vacunación con refuerzo (30%) la mitad que, por ejemplo, Francia.

Una lección importante del estudio de Nature Human Behavior es que la correlación entre la vacunación y la pérdida de esperanza de vida está claramente establecida por los demógrafos: los países con las poblaciones menos vacunadas son también aquellos con los déficits de esperanza de vida más altos, un dato que nos debe obligar a ver la ocurrencia del fenómeno de la epidemia en México.

Finalmente, las desigualdades se relacionan con la capacidad de volver a una tendencia positiva después del declive de 2020. Algunos países, como Bélgica, Francia, Suiza y España, han recuperado varios meses de esperanza de vida. Otros, como Bulgaria, Grecia, Estados Unidos y México, continuaron perdiendo en 2021.

Todos estos datos deben dar motivos para la reflexión. Vale la pena tomar como punto de partida de la misma el caso de Francia, donde el catastrofismo y el cuestionamiento de las decisiones de los líderes políticos, ha conducido, a procedimientos legales contra los ministros del gobierno de Macron que tuvieron en sus manos el manejo de la crisis de forma que no tiene parangón en el mundo, en juicios que han estado vigentes durante mucho tiempo; Francia es un país en donde la retórica antivacunación sigue floreciendo en las redes sociales.

De hecho, la comparación internacional realizada por los demógrafos coloca a Francia entre los países que mejor han resistido al Covid: baja pérdida de esperanza de vida y rápido retorno a los niveles de 2019. Así, la investigación a la que me he referido debería alimentar el debate político en los países en los que las cifras han sido catastróficas.

Estos resultados no deben ocultar el hecho de que 157000 personas perdieron la vida en Francia como resultado de la pandemia (por ejemplo, sus vecinos, 153000 en Alemania y 209000 en el Reino Unido). Pero, en este momento en el que, debido a la desnudez que nos ha generado el virus, se debate en diversos países sobre el futuro de sus sistemas sanitarios, se confirma la necesidad de defender y mejorar la organización de la sanidad pública. Estos datos no han formado parte del debate sobre la recomposición del sistema sanitario de nuestro país.




Más noticias


Contenido Patrocinado