China, el segundo motor de la economía global, cae en deflación

La economía de China está enfrentando desafíos y por primera vez en más de dos años la gente está gastando menos, lo que ha provocado una caída en los precios.

“La Economía de China Enfrenta Una Nueva Amenaza: La Caída de los Precios – Una desaceleración cada vez más profunda en la segunda economía más grande del mundo ha despertado temores de deflación, lo cual podría ser devastador para una China altamente endeudada”. Así dice el encabezado de un artículo que ayer se publicó en el sitio web del diario The New York Times, después de que el Buró Nacional de Estadísticas de China informó una disminución del 0.3% en los precios al consumidor en julio en comparación con el año anterior.

La economía de China está enfrentando desafíos y por primera vez en más de dos años la gente está gastando menos, lo que ha provocado una caída en los precios.

Algunos productos como la comida, el transporte y los bienes para el hogar se abarataron en julio. En particular, el precio de la carne de cerdo cayó 26% y el de las verduras 1.5%.

Los precios de los productos antes de que lleguen a las tiendas, los que se incluyen en el Índice de Precios al Productor (IPP), disminuyeron 4.4% en julio en comparación con el año anterior. Estas bajas de precios se han dado  durante 10 meses consecutivos.

Esta tendencia a la caída de precios causa preocupación sobre una desaceleración económica a largo plazo. Entre quienes se preocupan están los expertos del Grupo ING que afirman que esta caída es señal más que evidente de que la economía china está desacelerándose.

El crecimiento económico general de China fue mínimo entre abril y junio en comparación con el primer trimestre del año. Esto se debe principalmente a que disminuyó el impulso económico inicial que causó la relajación de las restricciones pandémicas el año pasado. El mercado inmobiliario del país está deprimido y el comercio tampoco está marchando bien.

A diferencia de otros países, China no proporcionó un gran apoyo financiero durante los tiempos del COVID-19. Esto evitó que hubiera una alta inflación, pero también significó que la gente tuviera menos dinero para gastar porque los salarios y los valores de las propiedades no aumentaron, según analistas de UBS.

Aunque el gobierno chino ha realizado algunos cambios, como ajustar las tasas de interés y prometer apoyar a las empresas privadas y al mercado inmobiliario, estos pasos no han hecho mucho para impulsar la economía.

Los expertos creen que China necesita introducir estrategias más sólidas para aumentar la confianza y alentar a la gente a gastar más. Entre estas pudieran estar la reducción de las tasas de interés, el aumento del gasto público y una mayor inversión en infraestructura.

El problema es que los muy altos niveles de la deuda nacional china hacen que sea difícil lanzar un gran paquete de estímulo económico.

A pesar de que todo indica que la economía está entrando en un periodo de deflación, el gobierno chino ha presionado a los economistas de su país para que no se refieran al tema y niega públicamente que la baja de precios y la disminución del consumo presenten algún riesgo.

La deflación china afectará a todo el mundo, México incluido. El país asiático es el segundo motor más importante de la economía global, después de Estados Unidos y arriba de la Unión Europea. No hay que ser un experto para deducir que sucederá si ese motor se descompone.

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