110 años de historia y lealtad

Saúl Monreal Ávila, docente de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ.
Saúl Monreal Ávila, docente de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ.

El ejército está formado por mexicanos que portan un uniforme y que, aunque tienen una formación militar, son seres humanos; olvidamos que tienen familia, un proyecto de vida, sueños, ilusiones, así como tiempo y estudio invertido en sus carreras.

Sin duda, una de las instituciones más importantes en nuestro país. El ejercito mexicano cumplió, el día de ayer, 110 años. Y mucho se puede decir sobre nuestras Fuerzas Armadas, ya que han sido parte toral, incluso protagonista de los grandes movimientos de nuestro país, pero nadie puede negar, ni dejar de reconocer el sentido de responsabilidad social que han dejado acreditado en todo momento.

Actualmente es en las catástrofes naturales, en actos cívicos, en los retenes carreteros, en las actividades que organizan de proximidad social, en los operativos tácticos, y se debe mencionar también, en la contención de hechos delictivos y de inseguridad, donde los ciudadanos, regularmente, vemos en acción a esta noble institución.

Pero muchas veces perdemos de vista que la esencia de cualquier corporación o institución de seguridad son sus elementos. Mexicanos que portan un uniforme y que, aunque tienen una formación militar, son seres humanos; olvidamos que tienen familia, un proyecto de vida, sueños, ilusiones, así como tiempo y estudio invertido en sus carreras.

Olvidamos que sus integrantes viven largas temporadas fuera de la tierra que los vio nacer y que, por su propia normativa, la mayoría ve a su pareja e hijos, a sus padres, solamente unos cuantos días al año. Y es en este sacrificio, en esta entrega, en la incertidumbre de si volverán a ver a su familia, donde radica el espíritu del ejercito mexicano.

Porque el trabajo no es sencillo, sino todo lo contrario, es en la noble profesión de ser militar en el que se encuentra la labor más desafiante y aterradoramente responsable, según palabras del historiador John Laffin. Es en el mejoramiento constante, en el adiestramiento de la salud física y mental, en el ejercicio del sentido de lealtad e integridad donde de acredita dicha nobleza.

Por eso, va desde aquí nuestro reconocimiento y felicitación a nuestro ejercito mexicano, a sus elementos, a sus mandos, a sus familias y a todo el aparato operativo, administrativo. Desde este espacio les reiteramos nuestro aprecio y el deseo de que sigan colaborando para que la paz y la seguridad regrese a nuestro estado.




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