La realidad virtual, cada vez más presente en nuestro día a día

Una de las modas que también están entrando poco a poco en nuestra rutina diaria es el hecho de poder disfrutar de una película como si formáramos parte de la escena.

La realidad virtual es uno de los avances tecnológicos más destacados de los últimos años. En primer lugar, sorprende por su aplicación y por el propio concepto en sí, pues se trata de la creación de un entorno de escenas y objetos fieles a la realidad que crea la sensación a los usuarios que lo usan de estar inmersos en él. Para ello, solamente es necesario disponer de unas gafas y de una aplicación para poder vivir la experiencia inmersiva en cuestión.

Actualmente, hay una amplia posibilidad en cuanto a actividades que proponen este tipo de comunicación. Encontramos diferentes sectores que han apostado por ello desde el entretenimiento que proponen los videojuegos o los juegos de casino hasta los propios de la formación como la educación o la industria. Esta tecnología permite soñar y hacer posible aquello que parece ser inverosímil. A continuación, repasamos alguna de las aplicaciones de la realidad virtual.

El entretenimiento a través de las gafas

Muchas personas relacionan los videojuegos con esta tecnología. Hay títulos de videojuegos, como los que recoge la plataforma PlayStation VR, que proponen a los jugadores experiencias totalmente inmersivas usando los dispositivos especialmente diseñados para ello como son las gafas y dispositivos manuales. Con ellos, nos podemos trasladar a una batalla de aeronaves o a una casa encantada en medio de la nada, entre muchas otras opciones.

Incluso los juegos de casino, una actividad que tradicionalmente tenía lugar en salones de juego y lugares físicos especialmente preparados para ello, han apostado por esta tendencia novedosa. Uno de los portales especializados en ello como es PokerStars permite compartir mesa virtual con otros jugadores a través de la realidad virtual haciendo la partida lo más real posible y reduciendo al máximo la distancia evidente que existe entre los diferentes usuarios.

Una de las modas que también están entrando poco a poco en nuestra rutina diaria es el hecho de poder disfrutar de una película como si formáramos parte de la escena. El sector cinematográfico fue de los primeros en apostar en su día por la visión 3D, que revolucionó parte del sector, y ahora no se quiere quedar atrás con las experiencias inmersivas. Su intención es intensificar todas las emociones que se puedan generar y romper la aparente distancia que provocan las pantallas.

También podemos nombrar otras aplicaciones sorprendentes del campo del ocio de la realidad virtual. Una de las actividades más demandas es la que traslada al usuario a en medio de un concierto sin importar la ubicación ni la fecha de este. Otras que son de especial mención son aquellas que llevan a los internautas a los parques de diversión, recreando la experiencia de subir a las atracciones, o a puntos de interés turístico, sean estos museos o lugares que se encuentran en la otra punta del mundo.

El sector industrial y educacional

Por lo que hace a la aplicación de la realidad virtual en el sector industrial, esta parece centrarse, sobre todo, en las áreas de ingeniería y robótica. Una de las actividades recurrentes en estos campos es visualizar cómo se comportan los prototipos diseñados, consultar su rendimiento o crear simulaciones que retraten de manera fidedigna la situación en la que estos actuarían.

En la educación, esta tecnología se usa, a grandes rasgos, para hacer que los errores que en la vida real serían considerados como muy graves no tengan consecuencias desastrosas para otros. Por ejemplo, uno de los ejemplos más evidentes es el que se aplica con los estudiantes de medicina, quienes pueden practicar cirugías o extracciones complejas de manera muy realista y sin necesidad que de que sea un paciente real quien está recibiendo la intervención.

También podemos nombrar otros ámbitos, aparte del sector médico. En lo que se refiere a la aviación, los estudiantes pueden aprender a volar sin miedo de sufrir posibles accidentes aéreos. Lo mismo sucede con los militares, recreando situaciones de combate lo más realistas posibles; o los astronautas, permitiendo crear momentos con gravedad cero en el espacio exterior.

 




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