Una menor es secuestrada y violada, la obligaron a vivir con el cadáver de su bebé

Foto: Cortesía
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Durante meses, sufrió abusos físicos, psicológicos y sexuales además fue testigo de la muerte de su bebé y tuvo que convivir con el cadáver durante semanas

PERÚ.- La Fiscalía Provincial Civil y Familia de Huancané han comenzado una investigación por el secuestro, abuso sexual y psicológico que sufrió una menor de 17 años.

Yanelith Coaquira es una menor peruana de 17 años que fue víctima de secuestro y abuso sexual mientras estaba embarazada; incluso comenta como fue testigo de la muerte de su bebé y tuvo que convivir con el cadáver durante semanas.

Todo comenzó en julio de 2019 al enterarse de su embarazo en el cuarto mes del mismo; es por eso que aceptó entonces la propuesta de su novio, de 16 años, de irse a vivir con él a su casa.

Ya en su nuevo hogar, Yanelith fue golpeada y violada en varias ocasiones por su pareja sentimental, pero también por el padre del agresor.

Cuando iba a dar a luz de su hija, su pareja la obligó a hacerlo en la habitación; donde la mantenían secuestrada y los padres de él fueron quienes atendieron el parto.

“Me dijeron que era una niña y me puse feliz cuando vi su carita y la escuché llorar. Luego creo que me desmayé porque no recuerdo nada” comenta la menor.

Al despertar la joven se percato que su hija estaba muerta y su pareja reconoció que la había ahorcado con una cinta.

“Tardó en morir como dos horas”, comentó el agresor y también le dijo que el cadáver se encontraba dentro de una bolsa que introdujo en el cajón de una cómoda.

A partir de ese día los golpes y violaciones se hicieron más recurrentes, hasta que un día Yanelith logró comunicarse con su hermana y pedirle que la rescatara.

Cuando la policía llego registraron la vivienda y encontraron a la joven encerrada en la habitación de la que salía un olor fétido que provenía de la cómoda, en la que encontraron el cuerpo de la bebé en estado de putrefacción que llevaba ahí más de dos meses.

El menor agresor esta internado en un centro de menores por presunto abuso sexual, secuestro y parricidio, pero solo permanecerá ahí tres meses; y los padres del joven, a quienes la chica acusa de ser cómplices, permanecen en libertad aunque están siendo investigados.