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El conflicto Israel-Irán y la guerra en Ucrania se intensifican. Misiles, ataques aéreos y sanciones marcan el pulso global.
ESTADOS UNIDOS.- El mundo vive una escalada bélica sin precedentes recientes, marcada por dos frentes simultáneos: el conflicto armado entre Israel e Irán y la prolongada guerra entre Rusia y Ucrania.
Ambos escenarios no solo han intensificado el uso de la fuerza militar en los últimos días; sino que involucran directamente a potencias globales como Estados Unidos, China, la Unión Europea y organismos multilaterales; provocando efectos económicos, humanitarios y geopolíticos en todo el planeta.
Tras años de tensiones diplomáticas y conflictos indirectos, el enfrentamiento entre Israel e Irán escaló de manera frontal en junio de 2025.
Teherán ha lanzado misiles y drones sobre ciudades clave como Tel Aviv y Jerusalén, mientras Israel ha respondido con bombardeos dirigidos a instalaciones militares e incluso nucleares dentro del territorio iraní.
Entre los blancos atacados se encuentran el centro de enriquecimiento de uranio en Natanz y edificios gubernamentales en Teherán. Las cifras preliminares hablan de más de 220 muertos en Irán y al menos medio centenar de víctimas en Israel, incluida población civil en Gaza.
La postura de Estados Unidos, bajo el gobierno de Donald Trump, ha sido contundente. Washington ha enviado portaaviones y tropas al Golfo Pérsico; al tiempo que exige la “rendición incondicional” de Irán y bloquea su espacio aéreo.
Trump ha hecho llamados abiertos a la evacuación de civiles iraníes y asegura tener información crítica sobre el líder supremo Ali Khamenei.
Por su parte, el G7 ha pedido una desescalada urgente, pero sin éxito. China y Rusia han condenado la postura estadounidense; mientras que países del Golfo observan con preocupación, temiendo una expansión regional.
En Europa del Este, la guerra entre Rusia y Ucrania entra en su tercer año con ataques masivos y una situación humanitaria crítica.
En los últimos días, Rusia ha intensificado los bombardeos sobre Kiev y otras ciudades, usando drones y misiles de alta precisión. El 17 de junio, un ataque combinado causó al menos 16 muertos y decenas de heridos en la capital ucraniana.
Ucrania, por su parte, mantiene una defensa activa con ayuda militar directa de países como Estados Unidos, Alemania y Reino Unido; que continúan enviando armamento, radares y vehículos blindados.
Ambos conflictos han generado efectos colaterales graves. Las rutas del petróleo y el gas se han visto alteradas, afectando los precios internacionales. Las bolsas de valores presentan volatilidad y organismos como la ONU han advertido de una crisis humanitaria agravada por bloqueos, desplazamientos forzados y restricciones a la ayuda.
Además, crece el temor por el uso de armamento nuclear táctico, especialmente en Medio Oriente, donde la retórica se ha radicalizado.