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La UNODC también reporta un incremento significativo en la producción y tráfico de cocaína, con niveles récord alcanzados en 2022.
Según el informe más reciente de la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Crimen (UNODC), México ha emergido como uno de los mayores productores de estupefacientes sintéticos en el continente americano, equiparándose a naciones con problemas de gobernanza como Afganistán, Myanmar y Siria a nivel global.
El documento, difundido este miércoles, señala que la producción ilegal de estupefacientes sintéticos ha encontrado en México un terreno propicio, debido a desafíos estructurales y de seguridad.
En particular, la metanfetamina es producida a gran escala en el país junto a Myanmar, desde donde se distribuye hacia mercados tan distantes como el este y sureste de Asia, así como Norteamérica.
Aunque el informe no posiciona a México como un centro relevante en la producción de fentanilo, resalta una preocupante epidemia de opiáceos en Centroamérica, exacerbada durante la pandemia de COVID-19, alcanzando niveles de mortalidad sin precedentes en 2021 y 2022.
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— ONU Noticias México (@CINUmexico) June 26, 2024
La UNODC también reporta un incremento significativo en la producción y tráfico de cocaína, con niveles récord alcanzados en 2022. Este fenómeno impactó en la violencia en países como Colombia, Ecuador y Perú. Ecuador estuvo particularmente afectado por un aumento en los aseguramientos de droga y una correlativa escalada de violencia asociada a grupos criminales locales y transnacionales, incluyendo provenientes de México y los Balcanes.
El informe subraya que la producción de cocaína alcanzó las 2,757 toneladas en 2022, marcando un incremento del 20% respecto al año anterior, mientras que el cultivo de coca aumentó un 12%, cubriendo 355,000 hectáreas.
Estos datos revelan una cadena de suministro cada vez más robusta y los impactos negativos asociados, incluyendo daños a la salud pública y un aumento en los niveles de violencia en las áreas afectadas.