Brasil probará la semana laboral de cuatro días; será el primero en Latinoamérica

Brasil iniciará en noviembre la implementación de una semana laboral de cuatro días, siendo la primera en su tipo en América Latina. | Foto: Cortesía.
Brasil iniciará en noviembre la implementación de una semana laboral de cuatro días, siendo la primera en su tipo en América Latina. | Foto: Cortesía.

El objetivo es fomentar una forma de trabajo que beneficie a empresas, empleados, familias y comunidades; promoviendo un entorno laboral más sostenible.

BRASIL.- Después de tres meses de reuniones con empresas interesadas en el modelo, que ya se probó en otros países como Reino Unido, Estados Unidos, España y Australia; Brasil iniciará en noviembre la implementación de una semana laboral de cuatro días, siendo la primera en su tipo en América Latina.

De tal manera que la iniciativa se llevará a cabo a través de una alianza entre la consultora Reconnect Happiness y la organización 4 Day Week Global; una comunidad sin fines de lucro fundada por Andrew Barnes y Charlotte Lockhart para respaldar la idea de una semana laboral de cuatro días como parte del futuro del trabajo.

Brasil iniciará en noviembre la implementación de una semana laboral de cuatro días, siendo la primera en su tipo en América Latina. 
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“El proyecto explica que, al rediseñar la semana laboral, es posible mejorar la calidad de vida de los empleados y aumentar la productividad de las empresas.

La idea es que los empleados reorganicen su trabajo para ser más productivos en menos tiempo”, explicó Renata Rivetti, fundadora de Reconnect, en entrevista a CNN Brasil.

“Tuvimos una sorpresa súper positiva en Brasil. Existen varios mitos en el país sobre la exaltación del exceso de trabajo. Pero teníamos más de 300 empresas interesadas en este comienzo.

Hay una gran aceptación por parte de las empresas, desde microempresarios hasta multinacionales con miles de empleados”, dijo.

Brasil respecto a esta implementación será el primero en Latinoamérica

De esta forma, el proceso de implementación comenzará en julio; con reuniones entre los responsables de la iniciativa y las empresas participantes para detallar el proyecto piloto; desde la metodología hasta los resultados esperados.

Asimismo, en agosto, se registrarán los posibles participantes y en noviembre se realizarán encuestas cuantitativas para evaluar las métricas de las empresas involucradas; que luego se compararán con los datos recopilados durante y al final del experimento.

Brasil iniciará en noviembre la implementación de una semana laboral de cuatro días, siendo la primera en su tipo en América Latina. 
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Por su parte, Rivetti destacó que la implementación del modelo no se trata solo de “eliminar los viernes”; sino de rediseñar la jornada laboral de los empleados. El proyecto ya se probó en varios países y todos los resultados han sido positivos en términos de productividad empresarial; resultados de salud de los trabajadores, igualdad de género y sostenibilidad laboral.

“Al observar las experiencias globales, tuvimos buenos resultados para las personas, las empresas y la sociedad.

Vemos cuánto el piloto puede transformar el mercado laboral de una forma más sana, humana y productiva.

Es compromiso de los empleados mantener el 100% de la productividad, recibiendo el 100% del salario, pero en el 80% del tiempo“, afirmó.

Según un programa piloto llevado a cabo por 4 Day Week Global en Australasia; el 95% de las organizaciones participantes estuvieron a favor de la semana laboral reducida; con una calificación promedio de 8.2 en términos de satisfacción.

También se observó una reducción significativa en el ausentismo y las renuncias, así como una alta satisfacción por parte de los empleados; quienes expresaron su deseo de continuar con la semana de cuatro días después del experimento.

Además, se encontraron indicios positivos en términos de igualdad de género y medio ambiente, como una reducción en el tiempo de viaje y un mayor involucramiento de los hombres en las tareas domésticas y el cuidado de los niños.

El objetivo final del proyecto piloto en Brasil es fomentar una nueva forma de trabajo que beneficie a las empresas, los empleados, las familias y las comunidades; desafiando los problemas de desigualdad de género y promoviendo un entorno laboral más sostenible.