Políticos machistas

José Luis Guardado Tiscareño.
José Luis Guardado Tiscareño.

Una de las cosas más aberrantes que se presume de la Cuarta Transformación es que inercialmente y casi que por un acto de fe todo cambiará y será diferente en automático; las condenas por las acciones de los políticos de priistas y panistas pueden quedar resueltas al convertir al morenísmo, sin importar las trayectorias o … Leer más

Una de las cosas más aberrantes que se presume de la Cuarta Transformación es que inercialmente y casi que por un acto de fe todo cambiará y será diferente en automático; las condenas por las acciones de los políticos de priistas y panistas pueden quedar resueltas al convertir al morenísmo, sin importar las trayectorias o los antecedentes, todo aquel que crea en la palabra del presidente y se una a las filas de su partido es perdonado y hasta promovido para aspirar a nuevos cargos de elección popular, sin importar quiénes sean o de los errores que en el pasado hayan cometido.

A pocos días de iniciado el proceso electoral, han surgido dos grandes ejemplos de la impunidad política con la que pueden contar algunos actores que a pesar de graves señalamientos de corrupción, violencia o incompetencia han demostrado ser leales al presidente, comulgar con sus ideales, repetir literalmente su discurso y hasta forma de hablar y con ello lograr la venia, el respaldo del nuevo régimen y hasta llegar a ser candidatos.

El caso de Félix Salgado Macedonio, senador por morena y que pesa en su contra una serie de señalamientos por acoso y violencia contra la mujer, es fiel ejemplo de lo aquí señalado. En una verdadera democracia donde los principios legales y democráticos son la base, sería más que suficiente la pura sospecha y con mayor razón la formalización de una denuncia en estos aspectos para suspender no solo los derechos políticos electorales de cualquier aspirante, si no para que se le retire todo apoyo político de un partido que se dice incorruptible e incuestionable.

La cancelación de la candidatura a gobernador que hasta la fecha tiene el aún senador con licencia se tuvo que ajustar a una cuestión meramente técnica sobre la comprobación de recursos a cambio de ignorar y omitir las acusaciones de violencia que existen y que mucho lastiman a una sociedad azotada por la violencia.

El colmo es que estos hechos empiezan a tornarse un tema puramente político, donde se victimiza a un agresor y se antepone el interés partidista e individual antes que la justicia y la dignidad y es precisamente en este contexto de victimización de agresores donde casos más aberrantes aparecen en la escena local.

El reciente video que se ha vuelto viral donde el candidato a la gubernatura de nuestro estado, David Monreal, es captado tocando indebidamente a una mujer, quien es candidata de su mismo partido a una presidencia municipal, deja latente el vulnerable estado de derecho y el frágil marco moral que norma el actuar político en México y en Zacatecas. Pues ante estos reprobables hechos el debate no debiera ser la intencionalidad o no de los evidentes e inapropiados actos, pues de haber sido algo accidental bastaría una disculpa al respecto y asumir la responsabilidad de ello.

Sin embargo, se ha optado por el silencio, por minimizar los hechos e ignorar las acciones y el fondo de este tipo de actitudes, ha podido más la soberbia y el orgullo personal amparados en la protección de un partido y un presidente permisivos ante actores cuestionables antes que ceder a los intereses grupales.

En cambio, se apuesta por tratar de manipular la opinión personal a través de una ola de fieles seguidores que por medio de más violencia buscan minimizar lo ocurrido, mientras tanto el discurso victimizado de un agresor no dejará de ser aberrante y absurdo, si no que también se convierte en una pésima estrategia electoral.




Más noticias


Contenido Patrocinado