El triunfo de Mineros

Durante las últimas semanas los zacatecanos vivimos la pasión y la afición por el deporte, en particular por el basquetbol, donde el equipo Mineros de Zacatecas logró llegar a la final luego de una estupenda temporada dentro de la Liga Nacional de Basquetbol Profesional. Un equipo rescatado de la pobre y mediocre inversión privada, consiguió … Leer más

Durante las últimas semanas los zacatecanos vivimos la pasión y la afición por el deporte, en particular por el basquetbol, donde el equipo Mineros de Zacatecas logró llegar a la final luego de una estupenda temporada dentro de la Liga Nacional de Basquetbol Profesional. Un equipo rescatado de la pobre y mediocre inversión privada, consiguió renovarse y ser aceptado entre los zacatecanos, quienes demostraron ser una afición de altura pero también necesitada de más y mejores actividades de esparcimiento en nuestro estado.

Tal vez el título de esta opinión pueda resultar engañoso, pues en términos de la liga y la justa deportiva no logramos obtener el campeonato, sin embargo, el triunfo que sí se consiguió fue más allá de la cancha, impactando de manera positiva la esfera social de Zacatecas. Sin lugar a duda la inversión hecha por el Gobierno del Estado en la adquisición y fortalecimiento del equipo da muestras de la importancia que tiene el deporte, la recreación social y deportiva, pues contribuyen de manera directa en el ánimo de la población y sirve de gran referente para las generaciones de niños y jóvenes.

Y aunque es necesario recalcar que lo ideal sería que este tipo de inversiones fueran asumidas por el sector privado, lo cierto es que dadas las circunstancias ha sido un acierto del gobierno apostar por este tipo de inversiones que van más allá del deporte en sí o de un equipo en particular con sus triunfos o derrotas.

Obviamente esto no busca ser una opinión deportiva, sino más bien abordar la forma en cómo impactó la fiebre del basquetbol entre los zacatecanos, y aunque es necesario recalcar que con esto no terminan los graves problemas que aquejan a Zacatecas, tampoco podemos negar la contribución de este tipo de actividades.

De manera personal, no me puedo considerar un gran aficionado por el basquetbol, sin embargo, el orgullo zacatecano impedía mantenerme al margen del entusiasmo por los éxitos que había estado obteniendo el equipo, por lo que pude ser testigo de todo lo que gira en torno a un partido de basquetbol, donde sin importar diferencias económicas, políticas o sociales los zacatecanos convivían en paz y todos a favor de un mismo tema, pude presenciar y personalmente hasta viví la oportunidad (o el pretexto) para estar con la familia y los amigos más allá de las rutinas diarias, todos podemos ver cómo se incentiva, aunque sea en baja escala, una dinámica económica adicional a lo cotidiano, los pequeños comerciantes encontraban en el Gimnasio Marcelino González un nuevo espacio para comercializar sus productos.

Pero sobretodo, y lo que me pareció sumamente importante y valioso, fue ver a los niños y jóvenes entusiasmados, que por lo menos un momento optaban por guardar su celular y tomar un balón de basquetbol, no importaba el lugar, cualquier estacionamiento o calle era buen lugar para imitar a las estrellas locales del baloncesto, a los no tan niños nos dieron la oportunidad de abordar un tema nuevo de conversación, no importa si estás a favor o en contra de la estrategia o el desempeño del equipo, por lo menos pudimos hablar de otra cosa diferente a la política o la economía (muestra de ello es esta columna).

La sociedad no solo debemos revalorizar este tipo de actividades, sino que estamos obligados a cuidar, promover e incentivar. El apoyo por parte del gobierno a este tipo de actividades es necesario, pero el apoyo de la sociedad es fundamental, pues el deporte y las consecuencias que produce sin duda son imprescindibles para reconstruir nuestro tejido social.




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