Covid-19 en México

José Luis Guardado Tiscareño.
José Luis Guardado Tiscareño.

El coronavirus, la nueva enfermedad que se hizo presente desde los últimos minutos del año pasado y que nos ha mantenido en suspenso a lo largo de este año, ha llegado a prácticamente todos los rincones del mundo, convirtiéndose en una pandemia global que no solo atenta contra las condiciones de salud de la humanidad … Leer más

El coronavirus, la nueva enfermedad que se hizo presente desde los últimos minutos del año pasado y que nos ha mantenido en suspenso a lo largo de este año, ha llegado a prácticamente todos los rincones del mundo, convirtiéndose en una pandemia global que no solo atenta contra las condiciones de salud de la humanidad si no que afecta de manera directa las condiciones sociales, políticas y económicas al interior de cada país pero también en la relaciones comerciales y hasta diplomáticas entre algunos de ellos.

Más allá de las características de la pandemia, la forma en como aparece y se dispersa en cada país tienden a ser particulares por la misma manera en cómo se comporta la sociedad y su gobierno, las estrategias pero también las capacidades de cada nación se ponen en evidencia ante contingencias de este tipo.

México sin duda es una caso muy curioso, la cultura de la prevención y la previsión son prácticamente nulas entre la sociedad, la forma de atender los llamados de advertencia son minimizados, ignorados o incluso sujetos de burla, pero al mismo tiempo las reacciones tienden a estar en los extremos, por un lado se genera una psicosis social que alienta las compras de pánico de insumos que ni siquiera son necesarios y por el otro lado nos encontramos la ligereza total de seguir viajando y confluyendo masivamente.

Las medidas de prevención son asimiladas por la sociedad como alertas de pánico y al mismo como pretextos para encubrir intenciones malévolas del sistema político y económico, sin embargo, entre estos extremos la realidad sigue su curso y con ello se evidencia la pobre cultura y capacidad de enfrentar crisis de los mexicanos pero también la poca eficiencia para dictar e implementar estrategias y medidas de prevención y control de una enfermedad extranjera por parte del Estado mexicano que permita no solamente generar tranquilidad sino que sirve de mecanismo de control y con ello garantice la seguridad de sus pobladores y logre mitigar (en lo posible) el impacto en la economía.

Entre amuletos, escudos morales, discursos y acciones demagógicas nuestro gobierno parece aprovechar las circunstancias para sacar provecho político de cualquier cosa y así mismo eclipsar temas que logran pasar al olvido colectivo, el movimiento feminista se vio sofocado de un día al otro, la violencia e inseguridad en el país pasó a un segundo plano, los problemas económicos a nivel internacional ni siquiera logran convertirse en tema relevante, mientras que las intenciones de reformar artículos constitucionales y leyes solo fomentan las ideas conspirativas y todo esto solo llevan a una creciente desinformación y a la paranoia social.

Independientemente cual sea nuestra creencia sobre la pandemia del coronavirus, como sociedad tenemos la obligación y responsabilidad de actuar a la altura, no podemos minimizar ni tomar como un juego las advertencias y medidas a seguir, tenemos que conducirnos como parte de un colectivo, de una sociedad y no desde la individualidad o el interés personal; las experiencias de otros países deben de servir para aprender y mejorar actitudes pero también conductas, y esto aplica tanto para los ciudadanos como para el gobierno. Las acciones preventivas y responsables son tarea de todos.

*Profesor UAZ




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