La oposición confinada

Pareciera que el Coronavirus se adelantó en México y apareció en 2018 haciendo estragos en la salud de los partidos políticos nacionales que compitieron en contra de la alianza integrada por Morena, y los obligó a guardar una larga cuarentena que los ha postrado en la inacción e indiferencia por los últimos dos años.

Y es que no les ha sido posible disminuir el dolor de cabeza que causó la contundente derrota electoral, y han debido soportar el malestar general y la tos seca que se produce con las críticas, lamentos, señalamientos, calambres y ocurrencias mañaneras, que disminuyen gravemente su respiración.

Nada; ni los yerros de los conductores de la transformación han podido reanimarlos para que muevan sus otrora impresionantes músculos, y sus dirigentes no han sido capaces de conseguir ventiladores para que tomen aire y puedan estar en forma en la siguiente competencia.

Se quedaron mudos¡¡¡ No se escuchan sus voces haciendo eco de los reclamos populares. No han podido hilvanar una defensa de lo que antes defendieron y/o propusieron e impulsaron con tanto fervor, como el aeropuerto de Texcoco, la reforma energética, o la reforma educativa, por sólo mencionar tres cuestiones; olvidaron los fundamentos que sustentaron aquellas acciones y otras, como si nunca hubiera habido causa suficiente para impulsarlas.

Acaso se terminó el vínculo o el interés con las causas de los campesinos y obreros, o los jóvenes emprendedores y las organizaciones de profesionistas, los médicos recientemente acusados de vocación enriquecedora, las mujeres violentadas que han sido ignoradas, las madres trabajadoras privadas de las guarderías, las clases medias que ruegan por oportunidades de bienestar, los pequeños y medianos empresarios, que requieren urgentemente apoyos para sostener sus negocios y de la sociedad en general que exige seguridad??

El virus dejó sin voz a la oposición frente a los alfiles del gobierno que juegan al gato y al ratón mientras acalambran a los actores sociales y económicos con propuestas que apuestan a disminuir las comisiones bancarias, o darle facultades al INEGI para husmear en los bienes de la sociedad, y otras más, dejando inerme a la población, que ante la ausencia de liderazgos formales se dejan conducir y ayudar por la confusión, el desencanto y las fuerzas de facto. Ese es el derrotero que la sociedad eligió en 2018? Si no es ese, los partidos políticos tienen la palabra.