Teresa te consciente con unas papas caseras

Desde joven le enseñaron trabajar y consentir al cliente. / Fotos: Ángel Martínez.
Desde joven le enseñaron trabajar y consentir al cliente. / Fotos: Ángel Martínez.

Doña Teresa te ofrece unas ricas frituras.

FRESNILLO.- Desde hace 34 años, Teresa Díaz Romero alimenta la lombriz del antojo de los fresnillenses al ofrecer frituras, chetos y hasta dorinachos en el Jardín Obelisco, donde la estrella de las ventas son las papas fritas.

A decir de la señora, no estamos hablando de cualquier papa que hallamos en la tiendita de la esquina, pues ella escoge las papas, lavarlas, pelarlas, freírlas y después ponerlas en las bolsitas.

Sus papitas son la estrella de su negocio de antojitos.

De esta manera llegan las papitas para empacarlas con singular alegría a la panza, la cual quiere algo picosito en la tardecita, pero a la vez práctico, porque muchas veces no puedes sentarte a comer como Dios manda.

Es así que Teresa recuerda que empezó con bolsas de papas a granel, las cuales empaquetaba conforme llegaba la clientela; pero eso cambió hace 3 años, pues ya traía todo hecho de su casa.

Además, una de las cosas que cambió es que ya no compraba las papas, sino que ya son elaboradas con un toque casero, que muy pocos le pueden llegar a igualar.

Unos buenos nachos.

Adaptarse o morir

Su inicio en la venta de alimentos fue cuando era joven, pues sus padres también se dedicaron a la venta de frituras.

Aunque, Teresa ya le metió más producto a su negocio, pues ahora ofrece dorinachos, con su quesito amarillo, chiles y cueritos curtidos, y obviamente su salsa que hace la diferencia.

A pesar de tener unos antojitos muy variados, la fresnillense confiesa que hay mucha competencia; aunque no es envidiosa y dice que para todos sale el Sol, así que ella ofrece y sus clientes tienen la última palabra.

Empezó embolsándolos en cuanto llegaba el cliente.

Al mal tiempo, buena cara

Por eso, diariamente llega a las 11 de la mañana a abrir su carrito para vender y se va a las 4 de la tarde. Aunque antes de la pandemia cerraba en la noche, pero hay que adaptarse, no hay de otra.

Hablando de la contingencia, las ventas de Teresa han bajado hasta un 30%; pero se mantiene en el comercio debido a que es su principal fuente de trabajo y porque es algo que disfruta.

Aunque tiene competencia, ella dice que el Sol sale para todos.

El comercio es difícil por las inclemencias del tiempo, hay días que se vende y hay días en los que solo se saca para comer.

A pesar de eso me siento orgullosa de mi trabajo, porque de esto vivo y me ha dado para subsistir por muchos años, es un negocio familiar”.

Para los que tenemos o tuvimos la posibilidad de consumirle a Teresa, sabemos que alguna vez hay que probar sus papas caseras, con limón, sal y salsita, ya sea de botella o casera, valen la pena.

Así que vaya, cheque los productos y nos dice qué le parecieron, de esta manera ayudamos a los comerciantes a recuperarse con tanto semáforo rojo debido al Covid, los ayudamos y nos ayudan a alimentarnos.

Ella tiene el antojito de la tarde, desde unos churros hasta unos dorinachos.
Tiene su carrito en el Jardín Obelisco.



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