Esme le entra duro al trabajo de los radiadores

A su apacito es de los pocos que dicen que la mujer debe hacerse de su dinerito. Fotos: Ángel Martínez.
A su apacito es de los pocos que dicen que la mujer debe hacerse de su dinerito. Fotos: Ángel Martínez.

Esmeralda Picasso Torres tiene su propio taller de radiadores, mostrando que no hay límites.

FRESNILLO.- ¿Y quién dice que hay jales exclusivos para hombres o mujeres? Esmeralda Picasso Torres demuestra que se puede destacar en un lugar “solo” para hombres, como es el reparar radiadores.

La neta es que cualquier persona con cerebro, manos y algo de curiosidad puede aprender cualquier chamba y desempeñarla machín.

Desde chava, le dijo su apacito que ella también podía.

La fresnillense adquirió el gusto por este oficio tras convivir con su jefesito, Armando Picasso.

El don le enseñó todo lo que hay que saber de radiadores para que con el paso de los años ella pudiera independizarse.

Siguió con el oficio de su señor padre, don Armando.

 

Mi papá tuvo puras hijas, quienes desde pequeñas anduvimos en el taller y crecimos entre herramientas en su taller ubicado en la calle Cruz Roja”, dijo.

Y como vivimos en una sociedad bien discriminatoria, Esmeralda reconoció que al inicio no fue sencillo.

Lo anterior, porque existía desconfianza en los clientes, que en su mayoría eran hombres; pero, con el paso del tiempo, “los mismos clientes me buscaban”.

Primero, los clientes la hacían menos; ahora, la buscan porque trabaja bien.

Esta morrita le tiene harto cariño a su jefito: “Siempre me impulsó mucho mi papá, pese al machismo, siempre le dijo a los clientes que yo podía hacerme cargo y él me apoyó para tener mi taller”.

Ella le chinga diariamente desde las 10:00 de la mañana y termina sus labores a las 6:00 de la tarde, por lo que le toca desayunar y comer ahí.

Esmeralda detalló que una de las mejores temporadas para ella es la invernal, pues a mucha banderola le viene valiendo pura madre meterle anticongelante a sus naves.

No ha sido fácil, pero tiene todo para componer los radiadores.

Mientras que a mediados de año, es cuando el trabajo es menos para su oficio.

Se la fleta machín la mujer en su jale. Por ello, ella misma expresa su orgullo a través del empeño que muestra en la chamba.

A ella no hay radiador que se le resista y los compone porque sí.

Esme ha podido destacar en un trabajo “de hombres”, así como también saca pa’ los frijoles.

Su papá le echó la mano para poner su propio taller.



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