Mi delito… confiar

Historias de Lobos.
Historias de Lobos.

Fue el 24 de junio, en la carretera Zacatecas- Durango, en un retén militar, pasando Fresnillo, Zacatecas; ese día detuvieron a una mujer de 34 años, la cual conducía un vehículo en el cual transportaba metanfetaminas, sin saberlo.  La historia en su voz “Estoy sentenciada por el fuero federal en su modalidad de transporte de … Leer más

Fue el 24 de junio, en la carretera Zacatecas- Durango, en un retén militar, pasando Fresnillo, Zacatecas; ese día detuvieron a una mujer de 34 años, la cual conducía un vehículo en el cual transportaba metanfetaminas, sin saberlo. 

La historia en su voz

“Estoy sentenciada por el fuero federal en su modalidad de transporte de sustancia ilícita, a trece años y nueve meses, me encuentro compurgando esta pena en el CERERESO femenil de Cieneguillas Zacatecas. En este mes cumpliré tres años en este lugar. 

Mi nombre es Silvia nací en Tehuacán Puebla,  soy viuda y tengo dos hijos una niña de seis años y un joven de diecisiete, ambos estudiantes, quiero que conozcan mi historia, la pesadilla que vivo y por lo que estoy pasando. El día 24 de junio, la vida me cambió, mi vida y mis metas se truncaron. 

En ese tiempo residía en la ciudad de Colima; ya que mi esposo trabajaba para una compañía llamada FELGUZ, pero por desgracia tuvo un accidente y murió. Yo me hice cargo de mis hijos, precisamente teníamos unas amistades que nos habían brindado apoyo; teníamos un lazo de amistad, que se había dado con respeto y honestidad. 

Pero fue para mí un golpe muy duro el que esas supuestas amistades, fueron las que ocasionaron que yo me encuentre presa. Para mí esto ha sido una pesadilla al igual que para mi familia. Las personas antes mencionadas, las cuales al fallecer mi esposo, me brindaron todo su apoyo y cariño, me pidieron un favor muy especial al cual no podía negarme, ellos vendían autos y le habían vendido uno a una persona norteamericana, el favor consistía en acompañar a esta persona a Ciudad Juárez, ya que él desconocía el idioma español y las carreteras mexicanas, no sabía cómo llegar a la frontera, y así cruzar a los Estados Unidos; ellos tenían otros compromisos y no podían acompañarlo, no le vi mayor problema y accedí a llevarlo para cumplir el favor de esas personas, a las cuales yo consideraba mis amigos. Me compraron boletos de avión para regresarme de Ciudad Juárez a Colima, me pagarían el hotel y me darían diez mil pesos. Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando en un retén, al hacer revisión de rutina encontraron que en el vehículo había droga, el extranjero venía manejando desde Colima, y en Fresnillo me pasó el carro a señas de que ya se había cansado, tenía como 10 minutos de conducir ese carro. Fue un impacto tremendo el que me pasó ese veinticuatro de junio. El proceso se alargó por más de un año, tiempo en el que se presentaron un sin fin de pruebas que demostraban mi inocencia; porque yo no sabía que el extranjero llevara drogas; pero nada se logró, ya que el juez que conoció de mi caso falló en mi contra; yo no sé si los abogados llevaron mal el proceso pero me condenaron. Al recibir el fallo de la sentencia, mi mundo se desmoronó y pensé “cómo es posible que el juez no haya analizado todas las pruebas presentadas, como es posible que todos mis años de trabajo honrado se hayan ido a la basura, como era posible, tener que darles esta noticia y este dolor a mi madre y a mis hijos, cómo es posible que mis hijos fueran a quedarse sin su madre si también unos años antes habían perdido a su padre, como era posible que gente sin valores y en los cuales confié hayan abusado de mi buena fe y me hayan usado para un delito”.

Yo siempre había confiado en la justicia, en la ética profesional, en su imparcialidad, en su profesionalismo y sin embargo, me sentenciaron a pasar de todos los esfuerzos que se hicieron para demostrar mi inocencia; todo ha sido en vano, el juez tenía la obligación de cerciorarse de que mis pruebas de inocencia eran ciertas.

Todos los días por las noches, cuando todo está en silencio, hablo con Dios y le pregunto porque me ha puesto esta prueba tan difícil y, en ocasiones le pido que me ayude a soportar esta cruz tan pesada que llevo todos los días, le pido que me ayude para que a través de su poder infinito haga que a la gente que me sentenció se les ablande el corazón y les dé la claridad necesaria para ver mi inocencia. No sé si aún haya algo que hacer por mí, los abogados de oficio tramitaron hasta el amparo, pero todo salió mal. 

Mi expediente se compone de miles de páginas, está repleto de resoluciones, yo pregunto ¿de que sirve decir la verdad?, ¿de qué sirve ser honesta?, si al final me culparon de algo que yo desconocía.

Mi infierno es estar tan lejos de mi familia, sin poder ver a mis hijos…tres años de no verlos; soy una mujer que siente y sufre las injusticias, no sé si de unas amistades que me aventaron al precipicio, no sé si de las autoridades, o de mis abogados.

Yo le pido a las personas que estén interesados en leer mi historia, me ayuden,  si acaso hay algo que se pueda hacer para demostrar mi inocencia. Quiero lograr que la balanza se incline hacia la verdad. Les ruego, les suplico me ayuden para volver a ver la luz y pueda volver a estar con mi familia y poder ver crecer a mis hijos, no estoy pidiendo lástima, quizá muchas madres, muchas personas se identifiquen conmigo, porque esto, a cualquiera le puede suceder.

Por favor al leer mi historia reflexionen porque esto le puede suceder a su esposo, esposa, hijo, madre, en fin a cualquier persona que como yo actúe de buena fe.

Aquí he obedecido y he trabajado muy duramente, esto para hacer mi estancia en este lugar más soportable, hago con mis manos unas muñecas que para mí son hermosas, con telas y bordados, eso hace más llevadero el tiempo en este encierro.

Mi único delito y pecado fue confiar en la gente que me metió en esto.”

 

Historias como esta existen muchas, desgraciadamente hay muchas mujeres de otros estados de la República, que por azares del destino, por estar vinculada sentimentalmente a algún narcotraficante, o por necesidad económica se ven inmersas en un proceso penal federal, que les cambia sus vidas para siempre.




Más noticias


Contenido Patrocinado