Un preciso discernimiento

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

Reconozcamos que tenemos un problema, sufrimos debido a nuestra falta de control en nuestra mente. No somos capaces de elegir nuestro comportamiento sino que es nuestro inconsciente quien decide por nosotros. Por lo tanto, muchas veces nos cuesta conformarnos con lo que tenemos o alejarnos de aquello que nos hace daño. Quizá tenemos un hábito … Leer más

Reconozcamos que tenemos un problema, sufrimos debido a nuestra falta de control en nuestra mente. No somos capaces de elegir nuestro comportamiento sino que es nuestro inconsciente quien decide por nosotros. Por lo tanto, muchas veces nos cuesta conformarnos con lo que tenemos o alejarnos de aquello que nos hace daño. Quizá tenemos un hábito perjudicial o nos lamentamos por no ser capaces de comprar ese coche que nos vendría tan bien.

Si fuéramos libres de manipular el pensamiento que crea, de manera inconsciente, estas dificultades, podríamos elegir con libertad estar contentos aunque carezcamos de aquel objeto que nos ilusiona y aunque nos prohibamos incurrir en una acción que sabemos que va a empeorar nuestro nivel de satisfacción de manera gradual. Podríamos prescindir de esa nueva moto, podríamos dejar el tabaco.

Pero para poder manipular este discernimiento, en primer lugar, tenemos que comprenderlo. ¿Por qué nos disgusta prescindir de alguna cosa concreta? Por supuesto, en el caso de las adicciones, hay muchas opiniones y explicaciones a nivel físico que incluyen el funcionamiento del cerebro, pero ahora vamos a hablar a nivel mental.

Nuestra mente tiene una clara tendencia a generar gusto por algunos objetos y disgusto por otros, y el modo en que lo hace es bastante sencillo. Nuestra mente se auto-convence, mediante argumentos exagerados, de la bondad o maldad de dichos objetos. Se enfoca solo en las cualidades negativas e ignora las positivas o al revés.

Pongamos un ejemplo. Imaginemos cuando pensamos en la moto que nos queremos comprar, exageramos sus cualidades positivas. Pensamos: «Brilla. Tiene un color precioso. Corre mucho. La gente me admirará si me ven conduciéndola. Podré circular con libertad por las carreteras», y otras maravillas por el estilo; e ignoramos las cualidades negativas que también tiene la moto, como que nos cuesta mucho dinero, que contamina, que vamos a tener que pagar un garaje o arriesgarnos a que nos la roben, que tenemos una alta probabilidad de tener un accidente, entre otras cosas.

Podemos repetir este proceso para generar disgusto hacia cualquier objeto hacia el que nuestra mente se apegue, para evitar el sufrimiento asociado a un apego excesivo, o para alejarnos de los hábitos que nos dañan. También podemos invertirlo, exagerando esta vez las cualidades positivas, para conformarnos con lo que tenemos. De esta manera manipulamos, conscientemente, nuestro pensamiento para no sufrir.

*[email protected]




Más noticias

Gerardo Luna Tumoine
Gerardo Luna Tumoine
Gerardo Luna Tumoine

Contenido Patrocinado