¿Después del Covid-19 qué?

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

El aislamiento está generando diversas situaciones sociales que van desde el simpático meme hasta una crisis económica seria que provoca una emergencia individual, institucional y social. En México estamos viviendo esta realidad lenta y en retazos, esta situación emergente de pandemia nos lleva a la desesperación en la cuarentena, ya que de lo ordinario pasamos … Leer más

El aislamiento está generando diversas situaciones sociales que van desde el simpático meme hasta una crisis económica seria que provoca una emergencia individual, institucional y social.

En México estamos viviendo esta realidad lenta y en retazos, esta situación emergente de pandemia nos lleva a la desesperación en la cuarentena, ya que de lo ordinario pasamos a lo extraordinario hasta llegar a lo aislado, pero con un inter de desesperación, angustia, miedo, violencia doméstica, alcoholismo y en algunos casos hasta el suicidio.

Hay personas que trabajan al día, reciben su sueldo de lo que iban haciendo como lo es la obra de la construcción, el servicio doméstico, las que tienen su negocio informal en la vía pública, porque a todos se les prohíbe trabajar. Me ha llamado la atención y me conmueve ver la experiencia que está viviendo una familia peruana en Madrid, que está integrada por cuatro miembros: papás y dos hijos de 16 y 6 años, quienes viven en una habitación de dos metros de ancho y cuatro de largo; los cuatro dentro de la habitación lo ocupan todo, no tienen espacio, duermen en una litera, dos arriba y dos abajo, lo demás es para el sanitario y cocina. Además, hay viviendas de 70 metros donde viven ocho personas y sin trabajar.

Lo más duro no es la enfermedad, si no lo que sigue, esta pandemia sanitaria mundial conlleva una emergencia social para la que no se tenía ni un plan ni protocolos.

Cada día las cifras van creciendo, la pobreza va en aumento, un gran segmento de grupos vulnerables del país está paralizado.

Este tiempo nos debe hacer reflexionar con una convicción fundamental, el saber y practicar lo que es la compasión, que consiste en la capacidad natural del corazón humano de sentir preocupación y conexión con otro ser, constituye un aspecto básico de nuestra naturaleza, compartido por todos los seres humanos, así como la base de nuestra felicidad. No hay una línea de diferencia entre un creyente y un no creyente, ni entre personas de una raza u otra, o de un país y otro.

Por un lado hay una conexión íntima entre el amor y la compasión, y por el otro la felicidad genuina. La indispensabilidad de la compasión nos toca a todos, desde el primer día de nuestras vidas, cuando dependemos totalmente del amor de nuestra madre o de algún otro cuidador, ya sea tutor o guía.

Es una enseñanza de compasión para ser mejores seres humanos.

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