
La plazuela de Santo Domingo surgió alrededor de 1617; cuenta el cronista Emilio Rodríguez Flores en su libro Compendio histórico de Zacatecas que el templo que da nombre a la plaza.
ZACATECAS.- La plazuela de Santo Domingo se encuentra rodeada de inmuebles esplendorosos, como el templo del mismo nombre y el museo Pedro Coronel.
Sobre el museo Pedro Coronel, cabe destacar que éste fue fundado alrededor de los años 80 del siglo pasado, con el fin de que en él se pudiera albergar parte de la colección de obras de arte universal que el artista zacatecano coleccionó en vida aun cuando el inmueble en el que se ubica, forma parte del conjunto arquitectónico original del propio templo.
La plazuela de Santo Domingo surgió alrededor de 1617; cuenta el cronista Emilio Rodríguez Flores en su libro Compendio histórico de Zacatecas que el templo que da nombre a la plaza fue erigido por sacerdotes jesuitas.
“Se sabe que la señora condesa de San Mateo, doña Isabel Catalina Ceballos de Villegas brindó en permuta una casa que se derribó sobre ese lugar por otra en mejores condiciones con el fin de ensanchar el frente del templo”.
Ahí, en ese momento, La plazuela de Santo Domingo surgió alrededor de 1617de la torre que mira a la plaza.
Fue a la expulsión de los jesuitas, en 1767 que dicho reloj fue comprendido como parte de los bienes pertenecientes a la Compañía de Jesús y fue necesario que el cabildo hiciera valer sus derechos para recuperarlo.
El templo de Santo Domingo fue construido por la Compañía de Jesús y tiene antecedentes históricos en 1590, cuando se levantó en ese lugar un templo original que era muy sencillo, justo al lado de una ermita dedicada a San Sebastián que fue obsequiada a los habitantes de la ciudad.
tiene antecedentes históricos en 1590y se planeó erigir un nuevo templo que estuvo a cargo de Vicente Zaldívar, importante minero de la región quien se dio a la tarea de juntar los fondos para su construcción.
Hacia 1746 se inició la edificación de un nuevo templo, que es el que actualmente se halla en ese lugar, que fue terminado en cuatro años, incluidos sus maravillosos retablos.
El templo fue bendecido el 24 de mayo de 1750 y, tras la expulsión de los Jesuitas en 1767 estuvo cerrado por dieciocho años hasta que los frailes dominicos lo ocuparon en 1785 pero después de las leyes de Reforma pasó al clero diocesano.
Los especialistas apuntan que su fachada está dispuesta en biombo, lo que le dota de un gran movimiento estético.
Asimismo, el interior es único, ya que posee la mayoría de sus retablos dorados, su órgano tubular y su piso original de madera de mezquite, todo lo cual lo hace una joya inigualable del novohispano para deleite de los zacatecanos y de todos nuestros visitantes.