Los amigurumis de Gloria García

ZACATECAS.- La señora Gloria María García Romo elabora desde hace siete años, cuando menos, todo tipo de muñecos y adornos realizados con estambre llamado crochet, que se elabora en punto de cruz, creación de la cual ella sobrevive y apoya a su familia a salir adelante.

Gloria María dio a conocer que hace no mucho atravesó por una etapa de depresión por lo que dio inicio a un curso de crochet para elaborar ese tipo de tejidos que afirma realiza en sus ratos libres, o bien, cuando las labores de su casa se lo permiten.

“Hace años tuve una crisis realmente desesperante pero fue gracias a que me dediqué a estas labores como logré sacar adelante mi propia vida, de la que estoy realmente agradecida”, dijo.

La señora García Romo explicó que “crochet” es el tejido con el que se adornan esas muñecas a las que también se denominan amigurumis, que con anterioridad  eran conocidas como muñecas de trapo, tan socorridas por las personas de escasos recursos en los alrededores de Zacatecas en décadas pasadas.

Contenta de haber aprendido a dominar esa técnica por medio de la cual elabora sus muñecas, gatos y todo tipo de adornos, como cactus, la señora García Romo indicó que ella “da a luz” lo que ella misma denomina “pequeños pedacitos de vida” desde hace siete años, los que también son sus amados seres de compañía que brotan de sus manos luego de cuando menos dedicar de uno a varios días de creación.

Gloria tomó clases para hacer los amigurumis

Aun cuando durante su vida ha atravesado por episodios complicados, esta labor que desempeña profesionalmente, la mantiene ocupada buena parte del día, en el diseño, trazo y tejido en crochet de esos “seres” que nutren sus horas de buena vibra.

Cabe destacar que para poder desarrollar esa técnica, Gloria tomó clases con personal especializado en el desarrollo de ese tipo de labores sociales, gracias a los apoyos de las autoridades municipales pero nunca se imaginó que pudiera crear series completas de amigurumis.

“Creo que aprendí muy rápido de modo que en ese momento fue cuando decidí que esto era a lo que me quería yo dedicar”; eso significa que, cuando menos, desde 2017 a la fecha habrían brotado alrededor de mil amigurumis de sus manos.

La comerciante cuenta al momento con 72 años de vida y afirma que es gracias a esos productos como ha podido adaptarse a los vaivenes económicos de los tiempos que nos ha tocado vivir.

Advirtió que no tiene ninguna página para anunciarse en la red, sobre todo “porque no lo sabe mover a esas cosas”.

Para hacer una Amigurumi, a ella le toma alrededor de una semana, mientras que las otras se dan en tiempo menor.