?Los 5 peores consejos nutricionales de la historia (Primera parte)

La historia de la nutrición está llena de cosas sin sentido. A la gente se le ha dado todo tipo de consejos que desafían al sentido común. Algunas de estas cosas no sólo son inútiles, sino potencialmente peligrosas. Y lo peor de todo es que una buena cantidad de estos consejos equivocados se siguen abriendo … Leer más

La historia de la nutrición está llena de cosas sin sentido. A la gente se le ha dado todo tipo de consejos que desafían al sentido común.

Algunas de estas cosas no sólo son inútiles, sino potencialmente peligrosas. Y lo peor de todo es que una buena cantidad de estos consejos equivocados se siguen abriendo paso entre muchas personas.

Así, aquí presentamos los cinco peores consejos nutricionales de la historia.

1. Hay que tirar la yema del huevo… que es la parte más nutritiva

Los huevos están entre los alimentos más nutritivos del planeta. Sus nutrientes contienen todos los elementos necesarios para convertir una simple célula fertilizada en un pollito bebé.

Sólo hay un problema: las yemas también contienen un alto índice de colesterol.

Así, la gente solía pensar que si los consumía, su colesterol en sangre también aumentaría.

Por esta razón, los principales nutricionistas suelen recomendar el consumo de 2 a 6 huevos completos a la semana.

Sin embargo, la mayoría de ellos también dicen que podemos comer más huevos que esa cantidad, siempre y cuando nos aseguremos de tirar las yemas.

Esto es lo peor que se puede hacer, porque las yemas contienen casi todos los nutrientes. La parte blanca es prácticamente solo proteína.

Muchos estudios han investigado la relación entre consumir huevos y el colesterol en sangre, y en el 70% de la gente, los huevos no tienen ningún efecto sobre los niveles de colesterol.

En el otro 30% (llamados hipersensibles), las yemas de huevo aumentaron las lipoproteínas de alta densidad (HDL) que son el colesterol “bueno”, y convirtieron a las partículas de LDL (lipoproteínas de baja densidad) en más grandes y blandas, cosa que no es dañina.

De hecho varios estudios, muchos de los cuales incluyeron a cientos de miles de personas, también han investigado la relación entre el consumo de huevos y el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón en gente saludable, y no se ha encontrado ninguna asociación entre ambos.

Además, no hay que olvidar que las propiedades del huevo:

-Están llenos de proteína de alta calidad, grasas saludables, vitaminas, minerales y antioxidantes, casi todos los nutrientes que tu cuerpo necesita.

-Tienen un alto contenido en colina, un nutriente cerebral que el 90% de las personas no toma de forma suficiente.

-Contienen luteína y zeaxantina, poderosos antioxidantes que son altamente protectores para la vista, disminuyendo el riesgo de varias enfermedades de los ojos.

Los huevos también están entre las mejores alimentos para perder peso. Sustituyendo un desayuno basado en cereales por huevos se puede incrementar la saciedad, ayudando a perder peso, además de que son baratos, fáciles de preparar y deliciosos.

Así, un huevo completo es la comida más perfecta que existe en la naturaleza, y tirar la yema del huevo es una pésima idea.

2. Todos deben consumir una dieta baja en grasas y alta en carbohidratos, incluso los diabéticos

El consejo universal de comer una dieta baja en grasas nunca ha estado basado en observaciones científicas confiables.

Originalmente, se apoyó en unos pocos estudios observacionales pobremente conducidos, experimentos en animales, y equivocadas decisiones políticas.

Incluso aunque no había evidencia de que las grasas saturadas produjesen enfermedades del corazón en ese momento (y hoy sigue sin haberla), algunos científicos estaban convencidos de que eran nocivas y de que una dieta baja en grasas prevendría problemas cardíacos.

Esta ha sido la posición oficial de los gobiernos y de las principales organizaciones de la salud alrededor del mundo durante décadas. Al mismo tiempo, las tasas de obesidad y diabetes tipo 2 han seguido aumentando.

Desde entonces, se han realizado muchos estudios masivos sobre la dieta baja en grasas.

El mayor y más caro estudio dietético de la historia, llamado “The Women´s Health Initiative”, escogió y puso al azar a 48 mil 835 mujeres en dos grupos: en uno consumían una dieta baja en grasas, y en el otro siguieron con su dieta occidental usual.

Y después de unos 7 u 8 años, sólo hubo una diferencia de peso de 0,4 kg y no se registró ningún descenso en las enfermedades cardíacas o el cáncer.

Muchos otros estudios han llegado a la misma conclusión: la dieta que se sigue recomendando de forma principal simplemente no funciona.

La verdad es que la dieta baja en grasas está repleta de fallas. Casi cada vez que es puesta en comparación con otras dietas en un estudio termina siendo la derrotada.

Incluso a los diabéticos se les ha aconsejado seguir este tipo de dieta, y esta es una estrategia que no beneficia a nadie excepto a las compañías de medicamentos.

Que los carbohidratos aumentan el azúcar en sangre es un simple hecho bioquímico. Lo único que se consigue así es que los pacientes diabéticos sigan dependiendo de sus medicinas para bajar su azúcar en sangre.

Y aunque las dietas bajas en grasas pueden no estar mal para gente sana, son un completo desastre para aquellos con obesidad, síndrome metabólico, y diabetes del tipo 2.

De hecho, varios estudios muestran que las dietas bajas en grasas pueden afectar de manera negativa a algunos de los factores de riesgo claves para el síndrome metabólico y las enfermedades del corazón.

Pueden aumentar los triglicéridos, bajar el colesterol HDL y aumentar las partículas de colesterol LDL pequeñas y densas.

Así que ya es hora de que las corrientes principales de nutrición retiren la mentira de las dietas bajas en grasas.

La próxima semana comentaremos los restantes consejos que, como hemos visto, a veces es preferible no seguir.

Fuente: http://nutricionsinmas.com/los-5-peores-consejos-nutricionales-de-la-historia/

Imagen Zacatecas – Natalia Olivares