Ladrillo a ladrillo Emilio se gana la vida

En su jornada elaborando diariamente entre 500 y 600 ladrillos. | Foto: Ángel Martínez
En su jornada elaborando diariamente entre 500 y 600 ladrillos. | Foto: Ángel Martínez

Este oficio se lo enseñaron sus padres y gracias a él, hoy a sus 22 años se ha construido una vida

FRESNILLO.- El día de hoy hablaremos de un hombre que se dedica a forjar la parte más esencial de cada casa que se construye en su localidad, y es que desde que es pequeño, él ha estado ahí para hacer ladrillos.

Gracias a este objeto podemos ver casas, grandes edificios y tenemos un lugar al cual llegar y protegernos del sol, la lluvia y el frío. Uno a uno, los ladrillos se apilan para dar forma a nuestros hogares.

Como ben dicen, “la unión hace la fuerza” y los muros que nos protegen son una cadena de ladrillos fuertes y resistentes, que deben pasar por un proceso casi artesanal, desde que se amasan en su mezcla  y se hornean.

Emilio Ontiveros Murillo es ya un maestro en este noble oficio, al cual  se ha dedicado desde los ocho años de edad.

Desde ese entonces hasta el día de hoy se ha dedicado a elaborar ladrillos, con arcilla, agua y el sudor que derrama en su trabajo duro.

Este oficio se lo enseñaron sus padres y gracias a él, hoy a sus 22 años se ha construido una vida gracias a este trabajo que realiza con orgullo y con la felicidad de haber cimentado todo lo que ahora es y tiene.

De esta manera es que lo podemos ver desde las 9 de la mañana y hasta las  5 de la tarde en su jornada elaborando diariamente entre 500 y 600 ladrillos, por los cuales recibe un peso por cada pieza.

Si bien el trabajo es duro y le demanda esfuerzo físico y ensuciarse y pasara calor, no se queja y sale cada día a ganarse el pan.

Según comenta, Emilio, para él la temporada más difícil, es la temporada de lluvias, debido a que esta le impide elaborar los ladrillos, pues como verá, los ladrillos deben secarse al sol antes de hornearse.

Es en esta época de lluvia cuando la producción de ladrillos se detiene o se merma, de manera que no obtienen ingresos  en esa época.

Recordó  que desde niño le llamó la atención esta actividad y tras ayudarle a sus papás  decidió dedicarse a ser ladrillo y darle el sustento a sus  dos hijos que tiene y a esposa.

“Estoy orgulloso porque de aquí, de ser ladrillero puedo mantener a familia”, añadió Emilio quien aseveró que la mejor temporada  para ellos es en calor.